Política
Pactos postelectorales

Rajoy necesita formar un gobierno de políticos conciliadores para afrontar su mandato más difícil

En el PP piden a su líder un Ejecutivo más político que técnico porque va a necesitar un equipo capaz de negociar e ir cerrando pactos

Ven "descabellado" que Albert Rivera sea vicepresidente. "Seria un caballo de Troya", dicen los conservadores

Los populares llevan casi un año haciendo quinielas. Creen que Luis de Guindos no se debería ir y que María Dolores de Cospedal será ministra

El presidente en funciones del gobierno Mariano Rajoy. / Jorge Zapata EFE

Madrid

En el PP dan por hecho que habrá investidura de Mariano Rajoy para finales de octubre, fecha en la que acaba el plazo para formar Gobierno. Y, por eso, en las filas conservadoras ya piensan en el nuevo Ejecutivo que tendrá que diseñar su líder. Creen que van a tener que afrontar una legislatura bastante complicada, en la que la alianza de las fuerzas de la oposición tumbará muchas de sus propuestas. Así que consideran importante que deje a un lado su gabinete más técnico y se apoye en uno más político.

Dentro del PP siempre le han reprochado que, en sus primeros años al frente de la Moncloa, se centrara tanto en la situación económica, abandonando el resto de asuntos. Dan por hecho que el empleo y la recuperación seguirán siendo prioritarios para él pero opinan que va a necesitar un equipo conciliador, con dotes para negociar porque habrá que ir pactando cada tema.

Para algunos populares lo mejor sería que los 170 escaños que suman con Ciudadanos no sólo sirvieran para la investidura sino para garantizar la gobernabilidad de España. De hecho hay quien bromea con que se lleva mejor con ellos que con sus propios compañeros de partido, exhibiendo el buen entendimiento que hay. Pero la mayoría no se ve compartiendo bancada en el Congreso. Piensan que Albert Rivera no puede ser vicepresidente. "A día de hoy, eso es descabellado", señala un miembro del Comité de dirección del PP. "Sería un caballo de Troya", comenta un diputado. Como él otros cargos conservadores piensan que no es necesario otorgar a la formación naranja un papel relevante con tal de tener "atado" su apoyo porque, al final, puede terminar desplazando al PP como referente del centro derecha de cara al futuro.

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De lo que sí están convencidos es de que Rajoy cambiará las caras de su Consejo de ministros. Algo lógico si no fuera porque no lo ha hecho realmente nunca. Sólo cuando las circunstancias le han obligado. Por ejemplo, tras las dimisiones de Ana Mato y Alberto Ruiz Gallardón o cuando Miguel Arias Cañete se fue a Bruselas. El presidente en funciones se rodea de las mismas personas desde hace años pero sus colaboradores más estrechos aseguran que esta vez habrá nuevos rostros en la foto. Reconocen que muchos dirigentes están "ya achicharrados" y abogan, como se reclama continuamente, por "una renovación". En sus cábalas, señalan a políticos del PP que ahora están en segunda fila, secretarios de Estado y dirigentes territoriales que han permanecido a la sombra a pesar de tener papeles relevantes.

Y es que dentro del partido llevan tiempo haciendo quinielas. Han tenido casi todo un año, el tiempo de bloqueo político, para hacer mil y una elucubraciones. Nadie conoce los planes de Rajoy pero todo el mundo opina. Piensan que ascenderá a sus colaboradores más cercanos, como Jorge Moragas o Álvaro Nadal; que jubilará a otros, como Margallo y Morenés y que recompensará a aquellos ministros que han tenido que sumar a sus competencias las de otra cartera porque en funciones no se podía nombrar a nadie. Habrá tres rostros nuevos seguro por las tres vacantes: Sanidad, Fomento y Energía y Turismo.

Estos son sólo algunos de los nombres que se cuelan en todas las conversaciones de los populares mientras esperan a que su jefe se pronuncie. Aunque sobre todo hablan de dos personas: de Luis de Guindos y de Maria Dolores de Cospedal. Todo el mundo especula con qué será de ellos. El ministro de Economía y ahora también de Energía siempre ha dicho que él iba a dejar el Gobierno tras las elecciones del 20 de diciembre pero, en estos momentos, en el PP mantienen que si Rajoy le pide que se quede, continuará. Algunos dirigentes apuntan que el caso Soria es una sombra en su historial, mientras otros venden que ha sacado a España de la crisis. Pero todos coinciden en que de seguir sólo podría ser ascendiéndolo a una vicepresidencia económica.

Y en este punto es cuando estalla el debate interno entre conservadores. Hay quien recuerda que Zapatero tuvo tres vicepresidencias a un mismo tiempo, con María Teresa Fernández de la Vega, Elena Salgado y Manuel Chaves. En el Partido Popular piensan que Rajoy se podría inspirar en este modelo para realizar sus ajustes. Pero no las tienen todas consigo, conscientes de que eso sería interpretado como una rebaja del peso de Soraya Sáenz de Santamaría en el gabinete.

También le dan vueltas a la situación de Cospedal. En el PP todos están seguros de que será ministra. Ya hasta juegan con la cartera que le podría corresponder: Interior, Fomento o Administraciones Públicas. Pero no la ven bajo las órdenes de Soraya Sáenz de Santamaría. "Y el presidente tampoco puede crear una vicepresidencia para cada uno. Así que una buena solución sería que siguiera también como secretaria general. Como hizo durante un tiempo, Javier Arenas. De esa forma cada una mantendría su parcela y esfera de poder",explica un cargo regional tratando de dar con una fórmula que resuelva ese quebradero de cabeza para Rajoy. Pero eso tendría un recorrido limitado, hasta el Congreso Nacional del partido. Donde muchos creen que Fernando Martínez Maillo podría convertirse en número dos del PP. Pero eso, calculan, no será hasta enero del año que viene. Entonces Rajoy tendrá que hacer lo que menos le gusta: una auténtica e importante remodelación de su equipo.

 
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