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ANÁLISIS

Nada que celebrar

Pasemos a dejar constancia de que en el incidente de la botella y en sus repercusiones posteriores no se ha salvado casi nadie

Puyol le quita el mechero a Piqué y le disuade de llevárselo al árbitro / YOUTUBE

Puyol le quita el mechero a Piqué y le disuade de llevárselo al árbitro

El 30 de enero de 2013, en un partido de Copa del Rey jugado en el Bernabéu, Carles Puyol nos dejó un gesto de seriedad y sentido común que habría que enseñar en los vestuarios de primera división, como si fueran colegios, clases de infantil. ¿Lo recordáis? Cuando Piqué pretendía, en actitud doliente, entregarle al árbitro un mechero que había caído desde la grada, el capitán del Barça se lo arrebató y lo lanzó detrás de la portería como diciendo “déjate de gansadas y vamos a jugar”.

No se puede igualar aquel incidente con lo ocurrido en Mestalla, de acuerdo, pero en el gesto de Puyol hay una lección para todos los futbolistas, y ésta tiene que ver con la seriedad y la mesura. Lo jactancioso y lo fanfarrón de muchos jugadores en el campo sobra, no contribuye a la deportividad y al buen devenir de los partidos. Se lo tienen que mirar. Todos.

Recordado el pasaje por su interés, pasemos a dejar constancia de que en el incidente de la botella y en sus repercusiones posteriores no se ha salvado casi nadie.

Lamentable la afición del fondo de Mestalla. La agresividad y el odio que se ve en los rostros de los ¿aficionados? que increpan a Messi tras marcar el penalti dan pavor. Si Messi está a su alcance ¿qué le hubieran hecho? ¿Escupirle? ¿Agredirle? Hay gente que va al fútbol a odiar, a insultar, a vejar. Una pena.

Mal Neymar encarándose y dirigiéndose a los que le insultaban. Es difícil aguantarse con el subidón de adrenalina que debes tener, pero un profesional tiene que hacerlo. Hace falta educación emocional en los vestuarios. Luego, una vez que cayó la botella, el teatro de los jugadores fue esperpéntico y torpe. Otra cosa en la que hay que “educar” a los futbolistas.

El ligamento de todos, por Jesús Gallego
El ligamento de todos, por Jesús Gallego

<p>No lo pierde el Barça, lo pierde el fútbol</p>

Los dirigentes también han estado a la altura de la suela de un zapato: García Pitarch el primero saliendo aganarse el sueldo cargando contra el árbitro, cuando su trabajo no es ese, sino que el equipo tenga un nivel que lleva meses sin tener. Lamentable. Javier Tebas, que tiene el derecho a opinar, no debió caricaturizar a los jugadores del Barça con lo de “los bolos” y la vergüenza. Desde su cargo hay que pronunciarse con más mesura y sentido de responsabilidad. El Comité de Competición se metió a comentarista en vez de limitarse a ser sancionador, traspasando de esta manera una línea peligrosa. ¿Qué van a hacer a partir de ahora? ¿Dar su opinión por cada una de las celebraciones raras, simulaciones de faltas, exageraciones dolorosas y demás actuaciones desmedidas de los futbolistas? Bartomeu y sus directivos que, entendiendo la defensa de sus futbolistas, no tengan la más mínima recomendación pública de mesura hacia ellos. Lo de Gaspart es mejor ni comentarlo.

Algunos dirán ¿Y los medios de comunicación no tenéis ninguna culpa? Pues sí, unos más que otros. Allá cada cual.

Jesús Gallego

Jesús Gallego

Director de 'Hora 25 Deportes'

 
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