Las lagunas de Ramón Espinar

Madrid

El 16 de marzo de 2010, con 23 años, siendo estudiante de la Universidad Complutense y sin pasar por ningún sorteo público, Ramón Espinar compró una vivienda protegida en el municipio madrileño de Alcobendas por valor de 146.000 euros. Según la escritura notarial, a las pocas semanas de haberla comprado y sin llegar a ocupar la vivienda, el dirigente de Podemos solicitó permiso a la Comunidad de Madrid para venderla. Él mismo lo reconoce: “La escritura se efectúa en 2010 y, según se escritura, pongo el piso a la venta”.

También ha tenido que admitir que con esa edad y estando en el paro, no podía hacer frente al desembolso en concepto de entrada de 60.000 euros que requirió la venta. Revelaba que fue su familia, entre ellos, su padre, del mismo nombre e imputado por las tarjetas black, quien abonó ese dinero. “Mi familia, mi abuela con mis ahorros, mi madre –que por cierto está divorciada de mi padre desde que tengo cinco años- con sus ahorros y su trabajo, y mi padre, con sus ahorros y su trabajo en un momento en el que uno no tenía la información que tiene ahora. Eso también es importante. Me prestan una cantidad de dinero para hacer frente a esto, son en torno a 60.000 euros, no digo la cantidad exacta porque es muy difícil recuperar todos los recibos”, ha explicado. Preguntado, en el caso, de su padre, si no habría aceptado el dinero si hubiera sabido de dónde venía, ha respondido: “No voy a valorar eso”.

Según él, solicitó vender nada más comprar porque no podía asumir el coste de la vivienda. Nueve meses después de haber comprado la vivienda por 146.224 euros, la vendió por 176.000 euros, beneficiándose de la subida del módulo. Una plusvalía, según la escritura, de 30.000 euros. Según Espionar, solo de 20.000.

Hay, sin embargo, algunas lagunas en la versión de Ramón Espinar. Preguntas que han quedado sin respuesta o con afirmaciones confusas:

1. Por qué consiguió una de las viviendas que la cooperativa vendió de manera discrecional

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2. Por qué no renunció a la vivienda antes de la compra si descubrió tan rápido que no podría pagarla. El portavoz de Podemos en el Senado responde que no le resultó posible porque se vio obligado a comprarla: “Cuanto tú eres un cooperativista de suelo que llevas haciendo aportaciones desde tres años antes, la única opción que te queda es esperar a las escrituras y vender”.  Sin embargo, esto no es cierto. Podía hacer renunciado perfectamente a la vivienda y haber recuperado su dinero, aunque en ese caso no habría obtenido plusvalía alguna.

3. Por qué la vendió al precio máximo fijado por la Comunidad de Madrid y no al precio al que compró. Su respuesta ha sido: “Vendí al precio que me dejaba la Comunidad de Madrid - ¿Pero podría haber vendido a un precio inferior?, pregunta una periodista– Ni lo sé, ni lo sé, entiendo que sí. No sé si yo puedo, fíjate. Creo que la Comunidad puede alterar los precios a la baja, no sé si un vendedor puede alterar el precio del módulo. Eso no me lo sé, sé que la Comunidad lo puede hacer, pero no sé si el vendedor lo puede hacer. Yo lo vendí al precio que me dejaba la Comunidad de Madrid”.

4. Tampoco recuerda Ramón Espinar si en el transcurso de la compra recibió ayudas de algún organismo público.