Melania Trump, al desnudo
Modelo eslovena, sin estudios universitarios, conquistó a Donald Trump en una fiesta en Manhattan. Tiene poco discurso, y cuando habló fue acusada de plagiar a Michelle Obama
Madrid
Melania Trump es la segunda mujer extranjera que se convertirá en primera dama de los Estados Unidos. Nacida en 1970 en el seno de una familia modesta en un pueblo de Eslovenia, cuando todavía pertenecía a la Yugoslavia comunista, Melania es hija de un vendedor de coches y de una trabajadora textil.
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Su vida no siempre fue tan glamurosa. Vivía en una zona industrial rodeada de fábricas al lado de un rio. Allí se la recuerda como una niña reservada, educada, alta (1,80 cm), delgada de ojos azules... que soñaba con triunfar en el mundo de la moda.
Con 17 años se trasladó a la capital, Liubliana, para completar sus estudios, y allí la descubrió uno de los fotógrafos internacionales más prestigiosos cuando estaba esperando a un amigo en un desfile. Stane Jerko la fichó y la llevó a varias portadas de revista. Sólo estudió un año de Arquitectura. Dejó la carrera y cambió los estudios por las pasarelas internacionales. Trabajó en Milán, París y habla fluidamente inglés, francés, italiano, además de esloveno.
En 1996 estableció su residencia en Nueva York. Era habitual de las grandes y exquisitas fiestas neoyorquinas y, en una de ellas, conoció al que hoy es su marido. Cuentan que Trump, recién separado, le pidió el teléfono a la modelo, casi 25 años menor que él. A la primera, no se lo dio porque el magnate estaba con otra mujer. Pero al año siguiente eran pareja y en 2005 se casaron en una pomposa ceremonia en Florida, en una de las propiedades del millonario.
Un año después nació su hijo Barron, que aparece en la foto presidencial al lado de su padre con traje y corbata. Ya casada, lució su embarazo, casi desnuda para la revista Vogue y posó, sin ropa, desde la escalera del avión privado de su marido.
Melania Trump siempre ha intentado hablar poco. No se conocen sus opiniones sobre lo que piensa en política, sobre la mujer o la inmigración. En contadas ocasiones ha tenido un discurso y cuando lo tuvo, en la convención republicana que nominó a su esposo como candidato a la Presidencia de los Estados Unidos, fue polémico porque fue acusada de plagiar a Michelle Obama. El parecido de los dos discursos, era tan "evidente y contrastado" que hasta sus asesores acabaron reconociéndolo. A la media hora del discurso, las redes sociales ardían en comentarios sobre lo bochornoso de esta situación que dejó mal parada a la dama de los Estados Unidos, que desde entonces ha optado por el silencio.
Siempre impecablemente vestida con modelos de los mejores diseñadores del mundo, para el día de la celebración, tras ganar las elecciones su esposo, eligió un traje pantalón blanco de Ralph Lauren. Suya es la frase: "Vivir y trabajar en Estados Unidos fue una bendición, pero yo quería ser norteamericana". Algo que consiguió después de contraer matrimonio con el presidente electo Donald Trump.