Crean la primera abeja robótica con la capacidad de polinizar

Madrid

Una frase mal atribuida a Albert Einstein aseguraba que si la abeja desapareciera de la superficie terrestre, entonces el hombre tan solo tendría cuatro años de vida. La teoría explicaba que si no hubiera abejas no habría más polinización, ni más plantas, ni más animales, ni más hombres. Desde entonces se relaciona la desaparición de las abejas con el fin del mundo.

No obstante, un grupo de científicos de la Universidad Politécnica de Varsovia ha desarrollado la primera abeja robótica diseñada para polinizar artificialmente, por lo que la humanidad ya no corre el mismo riesgo de desaparecer tras la extinción de la abeja, en caso de que algún día tengamos que lamentar la pérdida de estos antófilos.

Capaz de extraer y transferir polen

Para preservar la vida humana, los estudiantes han creado un dron miniaturizado, que tiene el tamaño de una pequeña abeja, que es capaz de encontrar una flor, recoger su polen, y transferirlo de la flor masculina a la femenina para fertilizarla.

El ingeniero Rafal Dalewski ha asegurado que esta medida se ha llevado a cabo para hacer frente a la reducción constante de la población mundial de abejas: "Es una esperanzadora alternativa".

"El pasado verano hicimos la prueba y ya tenemos la primera semilla obtenida a través de esta polinización artificial, por lo que queda demostrado que nuestro robot puede hacer casi lo mismo que las abejas reales", asegura Dalewski.

Las abejas podrán busque flores de un tipo concreto que polinizar

El grupo de investigadores ha asegurado que este robot polinizador ha sido creado con el objetivo de ayudar a las abejas a realizar su labor y complementarla. Gracias a su tecnología, este dron podrá ayudar a la naturaleza de una forma inteligente. Los pequeños biodrones podrán ser programados para que se concentren sobre un área determinada y busque flores de un tipo concreto que polinizar.

El grupo de investigación de la Politécnica de Varsovia ha desarrollado dos tipos de drones polinizadores: el volador y el terrestre. Ambos cuentan con una especie de plumero capaz de impregnar el polen que, posteriormente, será repartido entre las flores femeninas.