Manuel Valls deja el Gobierno para volcarse en las presidenciales francesas
El primer ministro francés, el socialista Manuel Valls, dice que aspirará a la presidencia de Francia en las elecciones que de 2017 y anuncia que este martes dimitirá de su cargo
''Mi candidatura es la de la reconciliación de todos los progresistas", ha señalado Valls
Manuel Valls presenta su candidatura a la presidencia de Francia. / CHRISTIAN HARTMANN (Reuters)
París
Manuel Valls dejará este martes la jefatura del Gobierno de Francia tras dos años y medio para volcarse en las elecciones presidenciales del próximo ano. Desde Evry , la localidad de la que fue alcalde once años, se ha declarado candidato a las primarias de su partido . “Tengo la fuerza , quiero darlo todo, todo por Francia” ha declarado.
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“Invito a las mujeres y hombres de izquierda, a los progresistas, pero también a todos los franceses que rechazan la extrema derecha, que rechazan la regresión social que propone François Fillon.
“Nada está escrito”, ni que la ultraderecha pasará a la segunda vuelta ni que el próximo presidente será Fillon, ha insistido el todavía jefe de Gobierno para animar a los franceses de izquierda, para que no se den por vencidos. “Mi candidatura es la de la reconciliación” ha recalcado este socialista nacido hace 54 años en Barcelona. Ha agradecido la confianza de François Hollande con el que comparte, su dedicación a Francia y su afán reformista .
Su candidatura a las primarias es una crónica anunciada desde el verano cuando Manuel Valls comenzó a retar y desautorizar al François Hollande por las polémicas confesiones que el presidente había realizado a dos periodistas de Le Monde.
Cuatro días después de que Hollande se apartara en la cuneta para dejarle pasar, Valls anuncia su intención de participar en la carrera hacia el Elíseo. Competirá por lo menos con otros siete aspirantes del Partido Socialista (PS). Si sale vencedor a finales de enero, se enfrentará con al menos otra media docena más de aspirantes de izquierda, desde comunistas hasta centristas, para un estrecho margen electoral, en torno al 35%, que los sondeos conceden a la izquierda en la primera vuelta de las presidenciales.
