"La situación en Filipinas es de auténtica calamidad humanitaria"
Lo dice Human Rights Watch, considerada el organismo especializado en derechos humanos más prestigioso del mundo. En declaraciones a la SER, Phelim Kine, subdirector de HRW, apunta que incluso ha sido amenazado de muerte por redactar un informe crítico con la situación del país
Madrid
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, reconocía hace unos días en una entrevista en televisión que él personalmente había matado a tres personas, que enturbiaban la convivencia a los que calificó de delincuentes. Dice que lo hizo cuando era alcalde de la ciudad de Davao, montado en su motocicleta y limpiando las calles: "Si, claro, tengo que reconocerlo. Hace meses yo maté a varias personas, a tres". El mandatario lo justifica hablando de lo que denomina guerra sin paliativos contra la delincuencia y tráfico de drogas.
Los organismos internacionales de derechos humanos califican lo que está ocurriendo en Filipinas de calamidad humanitaria, donde la policía e incluso los ciudadanos tienen carta blanca para asesinar a cualquiera que consideren un delincuente. Phelim Kine, subdirector de la división de Human Rights Watch en Asia: "La situación del respeto a los derechos humanos en Filipinas es absolutamente inexistente. El presidente Duterte y su llamada guerra contra las drogas ha provocado ni más ni menos que una calamidad humanitaria".
Las violaciones de esos derechos humanos son sistemáticas y han provocado en seis meses de Gobierno de Duterte más de 6000 víctimas mortales, tal y como contabiliza este organismo humanitario, que pide a la comunidad internacional dejar de ayudar y armar a la policía filipina: “Lo primero es suspender cualquier asistencia, entrenamiento y venta de quipo a la Policía Nacional filipina”.
Kine, el representante de Human Rights Watch en la región, fue amenazado de muerte por sus informes críticos sobre la violación de los derechos humanos en Filipinas y en concreto en la ciudad donde Duterte era alcalde antes de alcanzar la presidencia del país. "Respondió a mis críticas diciendo que carecían de legalidad, que eran inaceptables y me invitó a su ciudad para ser ejecutado públicamente", llegó a afirmar.
Porque para Duterte, el respeto a los Derechos Humanos va sujeto a la prosperidad de las Filipinas: "Los derechos humanos deben funcionar para conseguir la dignidad humana. Pero los derechos humanos no pueden ser usados como una excusa para destruir al país, vuestro país , mi país".
Filipinas se ha convertido con la presidencia de Duterte en el país donde cualquiera se toma la ley por su mano sin recibir sanción alguna.
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...