Rajoy y Puigdemont constatan sus diferencias en una reunión secreta
Fuentes del Govern de Cataluña confirman a la SER que Rajoy y Puigdemont se reunieron en privado el 11 de enero en Moncloa
Rajoy recibe Puigdemont a las puertas del Palacio de la Moncloa el pasado mes de abril / CADENA SER
Madrid
Los contactos a todos los niveles entre el Gobierno y la Generalitat que desveló este fin de semana el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, han incluido una reunión entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, según ha avanzado La Vanguardia y han confirmado a la SER fuentes del Govern de Cataluña. Fue un almuerzo en la Moncloa, el miércoles 11 de enero, a instancias de Rajoy, que las dos partes acordaron mantener en secreto.
Fuentes del ejecutivo catalán han confirmado a la SER que la reunión existió, pero lo que no se entiende entre los muchos que en el seno del Govern desconocían el encuentro es por qué tanto secretismo y tanta negación de una cita que han acabado por reconocer.
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La reunión, según La Vanguardia, fue cordial pero no sirvió para acercar las posiciones de los dos presidentes. En el almuerzo, el presidente del Gobierno trató de convencer a Puigdemont para que asistiera a la Conferencia de Presidentes pero el president de la Generalitat puso una condición que Rajoy no aceptó: que le dejaran hablar en ese foro del referéndum sobre la independencia de Cataluña que se ha comprometido a convocar antes de que acabe el mes de septiembre. Rajoy, que ya ha avisado que no permitirá esa consulta, se negó.
Hasta ahora la única reunión pública entre los dos presidentes fue en abril de 2016, cuando Puigdemont llevaba tres meses en el cargo. Una reunión de presentación en la que las dos partes acordaron reabrir los puentes de diálogo. De hecho, nada más ser investido de nuevo presidente del Gobierno, Rajoy encargó a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría la interlocución con la Generalitat.
En cualquier caso, Puigdemont ha reiterado esta mañana en el Parlament catalán, en la sesión de control a su gobierno, que el diálogo ni está ni se le espera.
