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Primarias PSOE

La recogida de avales en 2014 anticipó el resultado de las primarias del PSOE

Patxi López aspira a reunir solo los apoyos necesarios para hacer la campaña mientras que Susana Díaz pretende exhibir poderío y el equipo de Pedro Sánchez acusa a la candidata andaluza de querer intimidar a la militancia

Los afines a Susana Díaz van a por todas en la recopilación de firmas. Echarán el resto en Andalucía superando los 14.389 avales que reunieron para Pedro Sánchez en 2014. Su referencia es que casi la mitad del censo andaluz (más de 21.000 militantes) la avaló para liderar el PSOE-A para suceder a Griñán

La presidenta andaluza, Susana Díaz, a su llegada a la sede de los socialistas catalanes en Barcelona. / ALEJANDRO GARCIA (EFE)

Madrid

La larga cuenta atrás del PSOE termina ya. Hasta este miércoles a los doce del mediodía, Ferraz tendrá abierta su ventanilla para que los precandidatos se registren y, a partir del día siguiente, comienza oficialmente la recogida de avales (del 20 de abril al 4 de mayo).

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A través de un formulario que todavía no está disponible, los aspirantes y sus equipos pedirán a las bases su firma, su nombre, apellidos y DNI para seguir adelante en el proceso y presentarse a las primarias del 21 de mayo.

En eso consiste oficialmente este trámite que cada candidatura enfoca de una forma diferente: Susana Díaz aspira a hacer una exhibición de fuerza mientras que los otros dos aspirantes intentan evitar que se les mida en esta fase del proceso aunque con estrategias diferentes. Patxi López huye de la "guerra de avales" y Pedro Sánchez parece querer alimentarla. Desde su equipo, acusan a la líder andaluza de querer "intimidar a la militancia" con el número de firmas a su favor.

Sea como fuere, el resultado de la votación del 13 de julio de 2014, cuando fue elegido Sánchez como secretario general, repitió prácticamente el esquema del reparto de avales.

Está por ver si las bases del PSOE de este 2017 responde a las pautas de comportamiento de las anteriores primarias pero ese recuento de las urnas de hace tres años es el que guía la estrategia de Susana Díaz. Ya lo dijo ella el 1 de abril, en Ferraz: "Concedo mucha importancia a un aval".

Y así lo está trasladando su equipo de campaña a todos sus afines y a los 3.000 grupos de apoyo provincial, comarcal y local que van a recopilar avales por toda España. Parten de la convicción de que quien firma, rara vez modifica su voto. Fue lo que ocurrió en 2014: salvo en Murcia y Castilla y León, donde se cambiaron las tornas, la foto final fue muy parecida a la que anticipó la militancia en la recogida de avales.

En ambos procesos, ganó Pedro Sánchez, que se impuso en doce comunidades autónomas y, de forma muy especial, arrasó en Andalucía: reunió cinco veces más avales que Eduardo Madina y casi triplicó sus votos, en ese mismo territorio, con 38 puntos por encima en la jornada de votación.

La clave andaluza: ahora no se piden firmas para "un tal Pedro"

Entonces fue decisivo el comportamiento electoral de las bases andaluzas y en la candidatura de Susana Díaz consideran que volverá a serlo ahora. La correlación de 2014 de 14.389 avales y 20.381 votos secretos para Pedro Sánchez frente a los 2.698 avales y 7.726 votos en urna de Madina en Andalucía es la que está sobre la mesa de sus estrategas en esta primavera de 2017 en la que la federación andaluza presenta por primera vez a su líder natural como candidata y da por hecho que los avales y votos que cosechó aquel "tal Pedro" en 2014 se debieron al empeño de Susana Díaz y el PSOE-A en que así fuera.

Ahora es la presidenta de la Junta de Andalucía, tras una guerra interna descarnada, la que compite a las claras así que los suyos van a "echar al resto", redoblando los esfuerzos que ellos mismos hicieron para aupar a Sánchez. Puede decirse que pretenden ganarse a ellos mismos y no quedarse en los 14.389 avales que entonces llevaron a Ferraz con el nombre de Pedro Sánchez así que su referencia serán las 21.179 firmas (casi la mitad del censo andaluz) que le sirvieron a Díaz para ser única aspirante al liderazgo en el PSOE andaluz cuando José Antonio Griñán la hizo su sucesora.

Y ahí, en su territorio, es donde busca Díaz el gran diferencial aunque a los suyos les preocupa mucho que sea solo la candidata del Sur y están decididos a poner la maquinaria a pleno rendimiento en toda España. Su intención, por tanto, es que las bases del PSOE la vean como "caballo ganador" porque entienden que arrasando en los avales pueden cambiar la voluntad de otros militantes y porque es, además, una manera de demostrar su fortaleza en este proceso en el que cuenta con el apoyo de la gran parte de la estructura orgánica del partido.

El músculo de Díaz alimenta el discurso de Sánchez

Que Susana Díaz luzca músculo orgánico le sirve a Pedro Sánchez para alimentar su discurso de que la líder andaluza es la candidata "del aparato" (la misma acusación que le hacía Madina al propio Sánchez hace tres años). La candidatura del ex líder del PSOE, por ahora, no se pone techo en la recogida de avales y, por sus palabras, cuentan con que la presidenta andaluza se ponga por delante en esta fase del proceso. Las firmas, dicen, son "necesarias", pero los votos son "decisivos".

Por lo pronto, para el equipo del exlíder del PSOE, esa demostración de poderío de Díaz, que fue la misma estrategia que le sirvió en 2014 para ser secretario general, busca un efecto de "intimidación" a las bases, en palabras del secretario provincial de Valencia, José Luis Ábalos, en una entrevista a Europa Press. Vienen a advertir los de Sánchez de las supuestas presiones del "aparato" (con el que identifican a todo lo malo del PSOE) pueden provocar que haya militantes que firmen sin estar de acuerdo con que Susana Díaz y aseguran que, el 21 de mayo, cuando tengan que votar en secreto en la urna, darán su respaldo a Pedro Sánchez. De todas formas, en su candidatura aseguran que adelantarán en avales a Patxi López gracias al empuje de las plataformas creadas en toda España.

El exlehendakari huye de la "guerra de avales"

El exlehendakari, el primero dio el paso y que este lunes va a hacerse la foto en Ferraz formalizando su candidatura, por lo pronto, rebaja la presión: "No creo que esto sea una guerra de avales: no es lo mismo avalar que votar", ha defendido hasta ahora el exlehendakari, quien ha explicado él recogerá los avales necesarios para continuar en las primarias para hacerse con la Secretaría General del partido. Y es que lo que busca, ha remarcado, no es participar en "una especie de carrera" contra Pedro Sánchez y Susana Díaz, sino conseguir los avales que le permitan ser candidato y seguir con la campaña.

En principio, distintas fuentes consultadas del PSOE cuentan con que los tres aspirantes de peso puedan recopilar los avales que, según el reglamento de primarias les sirven de salvoconducto para hacer la campaña interna. Tienen que sumar el 5% del censo, unas 9.000 firmas a la espera de que se defina totalmente el cuerpo electoral definitiva, el 28 de abril, una vez resueltas las impugnaciones. En total, en 2014, Pedro Sánchez (con el apoyo entonces de Susana Díaz) arrasó en esta fase del proceso con 41.338 avales frente a los 25.338 de Eduardo Madina y los 9.912 de Pérez Tapias.

 
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