El centrista Macron, a las puertas del Elíseo
Madrid
Cuando Emmanuel Macron presentó su candidatura en otoño nadie daba un euro por su movimiento En Marcha, que hoy cuenta con más de doscientos mil franceses. Demasiado ambicioso. De derechas, se dice del exministro de Economía y exbanquero de inversión que dejó el Gobierno de Valls por sus desacuerdos con las reformas, que consideraba tímidas. De izquierdas, acusan otros, porque el exconsejero de Hollande se opuso al proyecto de retirada de la nacionalidad a los binacionales.
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Emmanuel Hollande, se burlan sus rivales para tratar de mostrar que es el “tapado” del fracasado presidente socialista. “Me reprochan estar de acuerdo con unos y otros. Lo reivindico. Porque para construir juntos un futuro hay que encontrar líneas de fuerza común”, ante la división de la izquierda y de la derecha.
Macron pide el voto a los europeístas, a los que quieren la emancipación por el trabajo y la cultura, por la solidaridad activa. Joven, fresco, no ha sido nunca elegido. Sus cualidades son al tiempo sus mayores defectos.
A los 39 años, este hijo de médicos de provincia que se aupó hasta la elitista Escuela Nacional de la Administración del Estado (ENA), es criticado por su inexperiencia política. Pero está bien acompañado, por la izquierda y por la derecha.
El líder estudiantil de mayo del 68, Dani Cohn-Bendit, el economista Jean Pisani-Ferri, el ex alcalde socialista de Paris, el empresario Jacques Atalli (que fuera asesor de Miterrand) y hasta el gobernador actual del Banco de Francia, el socialdemócrata Villaroy de Galloy, apuestan por él. En las últimas semanas se ha unido a él el muy respetado ministro de de Defensa, el socialista Jean- Ive le Drian y el ex jefe de Gobierno Valls, pero esto es más bien un regalo envenenado. Entre los apoyos destacados de la derecha, el de Dominique de Villepin, ex primer ministro de Chirac que dijo ‘no’ a la guerra de Irak
Es el único candidato que reivindica Europa sin disimulo, con Francia y Alemania de locomotora, y destila optimismo. Sus prioridades son la escuela y la seguridad. Sus medidas estrella contemplan la rebaja de la tasa de habitación para el 80% de los franceses, la ampliación del seguro de paro para los autónomos y la unificación de los diferentes sistemas de pensiones. Quiere recortar 15.000 millones e invertir 60.000 y no se comprende muy bien cómo cuadra las cuentas.
Macron, que toca el piano y filosofa, va acompañado siempre de su mujer Brigitte, 24 años mayor, de la que se enamoró a los 17 cuando era su profesora de francés y teatro, ya casada y con dos hijos.