El ministro de hacienda, Cristóbal Montoro, ha aparcado el tono de polemista con el que se mide muchas veces con la oposición en el Parlamento y ha optado por una intervención en la que solicita el apoyo de “un Parlamento diverso” para conseguir la aprobación de unos Presupuestos “de transición, con una vida útil de seis meses, pero importantes en sí mismos, porque permitirán alcanzar unos objetivos de déficit que permitan sacar al país del Procedimiento de Déficit Excesivo y para generar empleo”. Sólo ha abandonado ese tono para criticar a aquellos que piden aumentar el gasto, algo que ha comparado con «salir de una borrachera [de gasto en la crisis] para irse de copas». Y es que Montoro ha puesto el acento en que los Presupuestos han de “mantener el rumbo” de la política económica: “No se deben dar bandazos que nos hagan perder el norte. ¿Cuál es el norte? El norte es el empleo, la creación de puestos de trabajo. Hoy avanzamos con firmeza en ese objetivo, y lo conseguiremos si evitamos los bandazos”, enfatizaba. Así, en lo tocante al gasto, el titular de Hacienda se ha mostrado partidario de responder a los que dicen «si ha llegado la hora de quitarse el corsé de la austeridad» que «ante la posibilidad de gastar más, lo que hay que hacer es gastar mejor». A la oposición le ha pedido el apoyo a las cuentas con el argumento de que la configuración del Parlamento, con “nuevos grupos que no estaban en el último debate presupuestario, en agosto de 2015”, obliga a llegar a acuerdos, aunque ha recordado que “el grupo mayoritario sigue siendo el popular, y el presidente del Gobierno Mariano Rajoy”. En los debates presupuestarios, seguía, “la oposición suele predecir las siete plagas y el Gobierno prometer el séptimo cielo. Pues ni siete plagas ni séptimo cielo; el actual escenario político nos debe llevar a alejarnos de confrontaciones maniqueas o estereotipos”. “No estoy aquí para ganar este debate, lo que pretendo es convencerles de que son los mejores posibles para España”, subrayaba. Montoro ha avisado a la oposición de que la aprobación de las cuentas es también necesaria por el “prestigio del país”, que “debe sacudirse cualquier sospecha de inestabilidad política”, y ha criticado las enmiendas a la totalidad de la oposición asegurando que el rechazo “está más relacionado con cuestiones políticas ajenas a nosotros que con el contenido de los Presupuestos”. En la línea de todas sus intervenciones recientes, el ministro de Hacienda ha subrayado que el grueso de gasto es «gasto social, que es el 64% del total; el más alto de la historia de España, 57.000 millones más que en el 2007, el año anterior a la llegada de la crisis». «Son Presupuestos pensando en las personas, en las pensiones, en la dependencia», enumeraba. Y, anticipándose a las intervenciones de los grupos de izquierda, que piden más gasto, Montoro decía: «Hemos salido de la crisis que venía de la borrachera del gasto público y ya quieren irse de copas para celebrarlo. Eso es lo que están diciendonos que volvamos a hacer con sus propuestas algunos de los grupos políticos de esta cámara». En medio de su discurso, Montoro ha lanzado un guiño al PSOE. Hablando de la necesidad de reformar la financiación autonómica en esta legislatura, decía: «Sin el partido socialista esa reforma no sale, y eso tendrán que explicárselo a los ciudadanos, que esperan la mejora de la financiación autonómica. Acuerdos tenemos que alcanzar, en estos Presupuestos o ustedes elegirán en donde; pero en los próximos meses tenemos que buscar coincidencias». En la parte final de su intervención, Montoro ha agradecido uno a uno a los grupos que han comprometido su apoyo a las cuentas que vayan a votar a favor: Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria, UPN y Foro y, dando por supuesto que las cuentas van a superar los vetos iniciales, ha emplazado a los partidos a seguir dialogando: «La negociación ha de continuar después de las votaciones de mañana [las de las enmiendas a la totalidad] y tenemos que insistir en ellas en lo que nos une frente a lo que nos separa», ha dicho.