144 sombras de Le Pen
La ultraderechista propone el abandono del Euro y la UE y la penalización a los extranjeros
París
Las 144 medidas del programa del Frente Nacional (FN) se resumen en la 'preferencia' nacional y la penalización de todo lo extranjero. Si en estos comicios accediera al poder Marine Le Pen la primera iniciativa sería salir del euro y la Unión Europea (UE), para poder recuperar lo que ella llama 'las cuatro soberanías', la monetaria, las fronteras, la presupuestaria y la legislativa.
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Ambas propuestas del programa del Frente Nacional "son anticonstitucionales", opina Jean-Yves Camus, politólogo experto en la extrema derecha. Como además casi tres cuartas partes de los franceses desean que Francia permanezca en el euro y en la UE, la aspirante ultraderechista y su entorno más íntimo se ha ido desdiciendo. Hoy el programa con el que han acudido a estas elecciones está repleto de sombras.
Los economistas son unánimes. Sólo la consulta sobre una eventual abandono del euro colocaría a Francia en una muy difícil situación ante los mercados internacionales, pues los franceses sacarían inmediatamente sus ahorros de Francia, obligando al Banco de Francia a imponer un 'corralito'.
Marine Le Pen, de 48 años, ha dicho esta última semana que se "siente del pueblo" y "designada para desempeñar esta misión" de convertirse en Presidenta de Francia. La frase revela mucho de su carácter autoritario, heredado de su padre Jean Marie, fundador también de su partido. Antes que nada necesitará reformar la Constitución, para lo que se requieren tres cuartos del Parlamento, una quimera todavía mayor pese a que la candidata ha obtenido 7,67 millones de votos en la primera vuelta (21,3%).
En la reforma constitucional el partido de la eurodiputada quiere introducir "la defensa de nuestra identidad de pueblo para proteger nuestro patrimonio y tradiciones", "la prioridad nacional para recobrar el privilegio de la nacionalidad francesa" y la "lucha contra el comunitarismo para preservar la unidad nacional".
En el programa del FN se habla de "cuotas" anuales para la migración. Pero en las últimas semanas su postura se ha radicalizado y ahora habla de una "moratoria inmediata de toda la inmigración legal". Le Pen quiere "detener este delirio, esta situación incontrolada que nos hunde hacia el fondo, una moratoria para hacer un balance". En realidad el flujo neto de inmigrantes en Francia es muy débil, el 0,3% respecto de la población, contra el 0,7% de la media en la OCDE.
Pero antes pedirá la supresión del Tratado de Schengen para "cerrar de manera inminente todas las fronteras de Francia". Ello obligará a poner agentes de aduana, algo enormemente costoso para la economía francesa (y para las periféricas como la española y portuguesa) que para exportar atraviesan todo el hexágono. El Centro de Investigación para la economía internacional (CepII) ha evaluado en 100.000 millones el coste que tendría para el resto de los socios franceses la imposición de aduanas. Y nadie se atreve a evaluar lo que supondría para los 350.000 trabajadores franceses transfronterizos, es decir que cada día van y vienen a su centro de trabajo en Bélgica, Suiza, Alemania y Luxemburgo, sobre todo.