Una nación dividida elige presidente
El centrista Macron y la ultraderechista Le Pen se juegan la Presidencia de Francia
París
'Revolución' tituló Emmanuel Macron su libro programa. Y Francia se aproxima a una revolución. No porque probablemente los franceses le elegirán como nuevo Presidente de la República, y el más joven de su historia, sino porque el país muestra una división irreconciliable entre la Francia con vocación de apertura y la reaccionaria. Nunca tantos franceses han votado a partidos extremistas, antieuropeos. Y nunca el nacionalista Frente Nacional había conseguido tantos votos. La victoria de Macron si esta noche la consigue no es una derrota de los populismos. Es sólo una pausa, una última oportunidad tal vez para cambiar el rumbo del país, para alejarse del precipicio.
Más información
Si los últimos sondeos ampliaban la distancia de Macron (con el 63%) a 25 ó incluso 26 puntos con Le Pen (con el 37% según Cevipof) , los analistas temen que bajará la participación respecto de otras contiendas similares. Por una parte debido a la eliminación en la primera vuelta de los candidatos de los grandes partidos ( Los Republicanos y Socialistas). Por otra, porque al contrario que en 2003 cuando prácticamente todo el arco parlamentario llamó a bloquear al aspirante de la ultraderecha (el padre de la actual candidata Le Pen), esta vez no ha habido un dique firme para impedir el paso de la extrema derecha. Algunos sectores conservadores de Los Republicanos, la Iglesia Católica (a diferencia de la Protestante, de la comunidad Judia y de la Musulmana) y la izquierda radical (Insumisos de Mélenchon) no han pedido expresamente el voto por Emmanuel Macron.