Los héroes anónimos de Mánchester
Cientos de personas se echaron a la calle para ayudar a las víctimas del atentado del Manchester Arena. Un indigente ayudó a los primeros heridos que salieron del recinto, y una española ofreció su casa, su coche y una habitación de hotel a los españoles afectados por la tragedia
Mánchester
Poco a poca van saliendo a la luz historias de héroes anónimos de esta ciudad, historias que han sorprendido al mundo por su solidaridad. Las imágenes de un hombre de 33 años, que vivía en la calle y dormía en uno de los accesos al Manchester Arena, ayudando a las primeras víctimas que salían del lugar desorientadas tras la explosión ha copado buena parte de las noticias en los medios de comunicación. Y más cuando trascendió que se trataba de un indigente, al que su madre llevaba buscando varios años y lo encontró cuando vio su imagen en las televisiones. Como él muchas personas, que en la medida de sus posibilidades, han demostrado que la bondad y la generosidad están por encima de todo.
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Vanessa, es una de esas heroínas sin nombre, a la que ahora ponemos cara y voz. Es española y vive en Mánchester con su marido desde hace dos años. Ella ofreció su casa, su coche, e incluso reservó una habitación de hotel para los españoles que se pudieran haber visto afectados por el suceso. "Ofrecía mi casa a cualquier persona que lo necesitara, sobre todo a españoles, por la cuestión del idioma”, relata Vanessa a la SER. “En esos momentos no te pones a pensar, simplemente hay que estar a la altura de las circunstancias. Habían golpeado a la ciudad donde yo vivo, una ciudad a la que estoy muy agradecida porque me ha dado unas oportunidades increíbles y te enteras que a 10 minutos de donde trabajas han explosionado una bomba contra jóvenes y tú en ese momento no te pones a pensar o elegir", añade. Esa noche, Vanessa preparó la habitación de su casa y también en el hotel en el que trabaja. Y lo anunció todo en las redes sociales donde colgó su teléfono, aunque admite que recibió llamadas que gente que no estaba específicamente interesada en la ayuda puntual del atentado.
Ferrán, es otro español que vive en las inmediaciones del pabellón de Mánchester, y también trabaja allí para una multinacional. Él mismo salió de su casa al oír el ruido de las sirenas y el tumulto y se ofreció a cobijar a algunas personas, dejó el teléfono a otras que lo habían perdido huyendo del lugar y facilitó transporte a algunos adolescentes que habían perdido a sus amigos y familiares en la huida. El de Vanessa y Ferrán son solo dos ejemplos, ejemplos españoles, de cómo los residentes de Mánchester abrieron sus casas y se desvivieron por ayudar a las víctimas del terror. Muestras de cómo la bondad humana florece entre el dolor y el asesinato en una ciudad que ha sacado la parte más solidaria de sus ciudadanos.
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...