Los escaños rotos
Lo menos que le podía pasar a la votación más trascendente es que fuera de película, aunque resultara cómica
Madrid
Se montó un buen revuelo en el Congreso, como si fuera increíble que en el mismo pleno se rompieran dos escaños, se confundiera con el botón el presidente del Gobierno y luego se confundiera Pablo Iglesias y también se confundieran varios diputados del PSOE. Pero lo raro no es que pareciera que el inspector Clouseau se hubiera paseado entre los escaños con tanto traspié; lo raro es que todo aquello sorprendiera como si esta fuera una legislatura lógica y normal.
Atendamos al resultado, que es por lo que, al final, preguntan en Bruselas: el Gobierno con menos escaños en democracia ha ganado tiempo y estabilidad. Tiene su presupuesto para este año y confían en que, ya que han encontrado la horma, les sirva en adelante. Mariano Rajoy ha hecho socios, lo que representa una novedad para él. Le han llegado, además, cuanto más duras eran las noticias de la operación Lezo y más crítica la situación en la Fiscalía, cuando le han puesto fecha para ir a declarar ante los jueces.
Rajoy une en sus Presupuestos a Ciudadanos, contrario a los nacionalistas, con los nacionalismos canario y vasco, que presume de los beneficios para el concierto económico al que también se opuso Ciudadanos. Rajoy cuadra sus círculos y sobrevive mientras a otros se les rompen los escaños.
Le preguntaron esta semana al presidente si estaba tranquilo en vista del panorama y le extrañó incluso la pregunta. En la votación parlamentaria más ajustada, con diputados a la carrera para no fallar, Rajoy votó incluso contra sus presupuestos. A lo mejor es casual, pero lo que es seguro es que la cosa tiene mensaje. Lo menos que podía pasar con la ley más trascendente de la legislatura es que su aprobación fuera de película. Podría haber sido de acción o de intriga, pero a veces lo que mejor explica las situaciones complejas y críticas es la comedia.