Los sindicatos, preocupados por el futuro del empleo tras la compra del Popular
La presidenta del Banco Santander lanza un mensaje de tranquilidad a los empleados
Madrid
La compra del Banco Popular por el Santander es, por el momento, el último capítulo de la crisis financiera que se ha llevado por delante en España más de 80.000 empleos en el sector desde 2008, según cálculos de los sindicatos, junto con 15.500 sucursales que han echado el cierre en ese periodo. Por ello, UGT y CCOO advierten a las dos entidades (con unas plantillas en España de 23.000 trabajadores en el caso de Santander y 9.000 empleados en el Popular) de que no tolerarán más recortes.
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“Santander y Popular han recortado en los últimos meses 5.000 puestos de trabajo entre los dos en sus procesos de desvinculación y restructuración de empleo”, recuerda Roberto Tornamira, responsable de Sector Financiero de UGT, que añade: “no vamos a aceptar más, ya está bien”. “En este país no sobran ni bancarios ni bancarias”, añade su homólogo en CCOO, Joan Sierra, “y buena prueba de ello son las prolongaciones de jornada más allá de convenio que se están dando en todo el sector y que hemos denunciado reiteradamente”.
La integración “llevará un tiempo”
De momento, en estos primeros compases de la operación, no hay datos de cómo afrontará el Santander el encaje de las plantillas y de las redes de oficinas en España (4.000 del Santander y algo menos de 2.000 el Popular) La presidenta de la entidad compradora, Ana Botín, ha lanzado un mensaje de tranquilidad a clientes y empleados de ambos bancos durante la rueda de prensa en la que ha expuesto las líneas generales de la adquisición, y ha añadido que la integración “llevará un tiempo”.
Los sindicatos estarán “muy pendientes y exigiendo toda la información a la que tenemos derecho” para monitorizar el proceso, avisan, viendo qué pasa con el empleo y con la red de oficinas, y exigiendo que los trabajadores no paguen las consecuencias de lo que califican de “la ineptitud de la dirección del Banco Popular, del señor Ron y su equipo, que además han sido premiados con unas vergonzantes indemnizaciones y condiciones de desvinculación de la entidad”, dice Tornamira, que también culpa al Gobierno, al Banco de España y a la CNMV de “no haber movido un dedo ante los movimientos especulativos en bolsa de los últimos días” que provocaron el desplome de la acción del Popular.