Pedro Sánchez se desmarca de los movimientos del fiscal general en el 1-O
El líder socialista pone voz al malestar de muchos en el PSOE por los movimientos de Maza y avisa a Podemos de que puede servir de "coartada" a los soberanistas para hacer una proclamación unilateral de independencia en el Parlament
Madrid
No está Pedro Sánchez prodigándose mucho en los medios sobre la crisis de Cataluña, pero este martes ha intervenido en el Senado ante los grupos socialistas con avisos y advertencias para todos. Para Podemos y Ciudadanos (que le dirigen todos sus dardos desde hace días), para los socialistas (para que se mantenga la unidad y no se caiga en la "dialéctica de bloques" que busca Albert Rivera) y para el Gobierno: a pesar de que se mantiene a su lado en la defensa de la Ley, Sánchez ha pedido "mesura" y "prudencia" tanto al Ejecutivo como al Fiscal General del Estado, José Manuel Maza.
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Ferraz ha meditado mucho su primer mensaje en público de distanciamiento del Fiscal General. No lo hizo cuando se citó a todos los alcaldes para evitar que facilitaran espacios para el referéndum ilegal ni tampoco cuando se puso sobre la mesa el delito de sedición contra los manifestantes que acosaron a la Guardia Civil en Barcelona el día de los registros y detenciones. En privado sí que admitían los socialistas que les chirriaba que se pusiera a los regidores en el foco o que se apuntase a las miles de personas que están en las calles, pero en público nadie del PSOE había criticado estas decisiones. Lo ha hecho este martes Sánchez, sin llegar a entrar en el fondo de los movimientos de Maza, pero sí cuestionando su modo de proceder al reclamarle "prudencia" un día después de que, en declaraciones en Onda Cero, el Fiscal General dejase la puerta abierta a la detención del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Ante los diputados y senadores del PSOE, durante la reunión de la Interparlamentaria socialista, Sánchez ha defendido su estrategia, de apoyo al Gobierno en la defensa del Estado de Derecho pero sin caer en la configuración de frentes que cierre la puerta al diálogo el día después. "Nosotros no vamos a entrar en esa dialéctica de bloques de supuestos partidos constitucionalistas. La dialéctica de frentes nos ha traído hasta aquí", ha advertido el secretario general un día después de que Ferraz enviase una circular a todas las federaciones y a todos los portavoces institucionales para que no se posicionen sobre Cataluña en sus plenos. Si quieren hacerlo, según ese texto, tienen que pedir autorización a la dirección federal. Este mismo jueves, en el Parlamento andaluz se debate una iniciativa de Ciudadanos en defensa de la Constitución calcada a la que Sánchez ordenó rechazar en el Congreso la semana pasada y que, en principio, puede contar con el respaldo del PSOE de Susana Díaz. Aún no han cerrado su posición, pero los socialistas andaluces no quieren posicionarse en contra de un texto que respalda el orden constitucional.
Sánchez no ha entrado en esos detalles, aunque sí que ha tildado a "oportunista" a Ciudadanos, también sin mencionarlo. A Unidos Podemos y a su marca catalana sí que ha dirigido abiertamente. Les ha invitado a hacer una reflexión que, en el fondo, los sitúa como cómplices de una situación que los de Pablo Iglesias no desean en Cataluña: la declaración unilateral de independencia. "Que tengan cuidado, que tengan mucho cuidado", les ha advertido Sánchez en varias ocasiones porque, según su explicación, después del 1 de octubre pueden utilizarles como "coartada" para llevar al Parlament a ese escenario de proclamación de la república catalana. Con un mensaje similar se ha dirigido el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Sánchez e Iceta estuvieron el lunes juntos toda la tarde en Ferraz perfilando su estrategia. Tanto en Ferraz como en el PSC no descartan un escenario de declaración unilateral de independencia. La preocupación en sus filas, según admiten, es "máxima".