La noche larga del 'procés'

Barcelona

Si esta ha sido la noche, cómo serán los días, los dos que quedan hasta que todo ocurra. Gente que entra y sale, que sale pero no habla o dice que hay que seguir hablando. El procés era un debate que no se acababa ni siquiera en las noches en las que parecían conjurarse y decirse: no salgamos de aquí hasta que demos con la solución. Ni por esas. Los convocados por Puigdemont este miércoles en la Generalitat acabaron a las dos de la madrugada pero salieron sin "conclusiones concretas". Un rodeo muy largo.

Al principio se notó la curiosidad por la cita, con mucho periodista y varios vecinos que bajaron hasta la plaça de Sant Jaume. Bajaban y preguntaban. ¿Cómo va? Se sabía poco, porque de dentro llegaban los mensajes que llegaban. Pero se iba la noche y quedaban cada vez menos personas de guardia frente a las dos únicas ventanas del Palau en las que se veía luz.

Sería una reunión decisiva, otra, pero la ciudad anocheció como siempre y en la plaza parecía una noche como las demás. A veces se abría la puerta del Palau y se asomaba alguien que pedía paciencia. Pero es difícil decir si lo decía por la reunión o lo decía por lo que lo decía, que el procés no tiene fin. Apenas puede pronosticarse ya cómo serán los días históricos, si por las mañanas todo el mundo sospecha que habrá elecciones y por la tarde parece que se pueda tocar la independencia con las manos; pero al menos se sabe cómo son sus noches: un rodeo largo y tenso que te deja en el mismo punto.