El papa cierra el estanco del Vaticano
El papa Francisco prohíbe la venta de tabaco en su territorio para no colaborar con una "actividad tan perjudicial para la salud"
Madrid
El Vaticano se queda sin estanco a partir del año que viene. El papa Francisco ha decidido prohibir la venta de tabaco en su territorio para no colaborar, según su portavoz, con una "actividad tan perjudicial para la salud". La decisión no ha tenido que ser fácil, porque la venta de cigarrillos y puros dejaba en la Santa Sede 10 millones de euros al año, la segunda fuente de ingresos del Vaticano, sólo por detrás del combustible.
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El estanco del papa, que permite a cardenales, trabajadores, residentes en el Vaticano, y a tenor de la recaudación, también a algún que otro visitante, comprar cigarros y puros a precio de duty free, cerrará sus puertas el año que viene. A partir de 2018, los que quieran comprarse un paquete, tendrán que irse a los estancos de Roma y pagar los correspondientes impuestos.
La decisión es firme y el motivo, muy simple. Según el comunicado del portavoz vaticano: "La Santa Sede no puede colaborar con una práctica que perjudica claramente la salud de las personas". "Ningún beneficio puede ser legítimo si pone en peligro la vida".