Los niños ya han recibido entre 2 y 3 ciclos de antibióticos antes de los 3 años
Los pediatras avisan del 'mal uso' de estos fármacos cuando el 90% de infecciones a esa edad son víricas
Madrid
La Asociación Española de Pediatría alerta del elevado uso de antibióticos en España y asegura que un niño de menos de 3 años ya ha recibido entre 2 y 3 ciclos con estos fármacos, a pesar de que sólo son efectivos frente a infecciones bacterianas y más del 90 por ciento de las que se producen en estos primeros años de vida están causadas por virus.
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Los últimos datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés) sitúan a España como el segundo país con un mayor consumo de antibióticos en Atención Primaria, con 33,1 dosis diarias definidas (DDD) por cada mil habitantes, sólo por detrás de Grecia (36 DDD) y lejos de las 21,9 DDD de media en la Unión Europea.
Ante esta situación, la AEP advierte de que en población infantil los antibióticos han de ser administrados "solo y exclusivamente bajo la prescripción del pediatra", sobre todo porque su abuso o uso indebido, tanto en la infancia como en la edad adulta, favorece el desarrollo de resistencias a los mismos por parte de los microorganismos y "en próxima ocasiones no servirán para curar".
De hecho, el Ministerio de Sanidad asegura que en 2015 se registraron un total de 2.837 muertes en España por efectos relacionados con esta resistencia antimicrobiana. En ese sentido, los pediatras piden a los padres o tutores que, bajo ningún concepto, han de automedicar al menor utilizando antibióticos "sobrantes" de tratamientos anteriores.
Y cuando se prescribe un fármaco de este tipo, debe tomarse en las dosis, pautas y durante el tiempo recomendado por el pediatra, sin suspender los antibióticos aunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad, salvo por indicación médica.
Hay que esperar la evolución antes de prescribirlos
Igualmente, la AEP recuerda a los pediatras que, como las enfermedades víricas son evolutivas, se recomienda esperar un tiempo prudencial para observar la evolución de las patologías y tener un diagnóstico certero antes de valorar la administración de un antibiótico.
En concreto, la duración indicativa de los síntomas para las enfermedades invernales más frecuentes son hasta 4 días en el caso de infecciones de oído; hasta una semana en congestiones nasales y dolor de garganta; hasta una semana y media en resfriados comunes; hasta dos semanas en infecciones sinusales y gripe, y hasta tres semanas en el caso de la tos.
Asimismo, advierten de que los antibióticos no tienen efectos analgésicos, es decir, no alivian el dolor de cabeza, nariz, oídos o garganta, no quitan la tos, no curan un resfriado y no quitan la fiebre.