El Bale más oportuno

Madrid

Gareth Bale está recibiendo, casi desde su llegada, críticas de todos los colores. Que si fue demasiado caro. Que si exige a los entrenadores jugar en un sitio que no es el suyo. Que si se lesiona todo el tiempo. Que si no tiene mucha relación con sus compañeros. Que si no habla español... 

Pasa que él, que o no entiende español (quienes están en las zonas mixtas aseguran que entender sí entiende de sobra) o no quiere, y que en ningún caso quiere hablarlo, prefiere ir a lo suyo. Y lo suyo son las finales. Con unos números bastante pobres -sobre todo por ese maldito sóleo que tiene a él de cabeza y a todo el madridismo y que le ha hecho perderse tantos partidos- suele lucirse en los momentos más oportunos.

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En esta temporada, en la que sólo ha disputado algo menos de 700 minutos, ya ha librado de la quema al Madrid en dos ocasiones. La primera en Copa ante el Fuenlabrada y la segunda el miércoles ante el Al-Jazira en las semifinales del Mundial de Clubes. 

En ambas ocasiones el rival era tan tan inferior que los blancos no repararon en que, además de salir al campo, hay que hacer goles y no recibirlos. En la Copa los blancos llegaron al partido de vuelta en el Bernabéu con la renta de los dos goles conseguidos en la ida. Pero la cosa se fue enredando tanto que cuando Bale entró a falta de media hora para el final el Madrid estaba 0-1 abajo. El primer balón que tocó el balón fue un centro con rosca que Mayoral remató y metió dentro de la portería. 

Algo similar le pasó ante el Al-Jazira. Se barruntaba hasta la prórroga -que quién lo hubiese dicho- cuando a falta de diez minutos para el final el marcador lucía un 1-1. Zidane sacó al galés y la primera pelota que tocó fue dentro de la portería del equipo local. 

Además, suele tener bastante atino en finales. Marcó en la final de Copa del 2014 con aquella cabalgada en la que evidenció todas las carencias de Bartra y que, a día de hoy, sigue siendo su acción más recordada con la casaca blanca. Hizo diana en la final de la Décima con un gol de cabeza en la prórroga y marcó, totalmente cojo, uno de los penaltis de la tanda en la final de la Undécima. 

Habrá que ver si Bale tiene minutos esta final, la quinta del Madrid en lo que va de curso, y si, de nuevo, vuelve a ser protagonista.