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Mensaje de Navidad de Felipe VI

El tono, el escenario y los otros detalles del discurso de Felipe VI

Sencillo y directo. Así fue el discurso más breve de Nochebuena del rey, que se grabó en el salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela. Poca gesticulación y un primer plano para un mensaje en el que incorporó la corrupción y la violencia de género

El rey Felipe VI, durante su tradicional mensaje de Navidad desde el Palacio de La Zarzuela / BALLESTEROS (EFE)

Madrid

Este año el salón de audiencias del Palacio de la Zarzuela ha sido el lugar elegido por el rey para trasladar el mensaje de Nochebuena de Felipe VI. Un lugar neutro por donde pasa la vida política del país. Es el sitio más conocido del palacio donde el rey recibe a los invitados y donde juran o prometen sus cargos presidentes, ministros y otras autoridades.

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Hasta la fecha ha dado cuatro discursos en cuatro escenarios distintos. Empezó en 2014 en una sala de estar recreada familiarmente para su primer mensaje navideño, con sofá, belén y flor de pascua en el atrezzo de una habitación impersonal y no reconocida del palacio. Al año siguiente se decantó por el Salón del Trono del Palacio Real, lugar emblemático en el que el rey quedaba "lejano", según algunos analistas, en el centro de una de las salas más grandes y más representativas del Palacio de Oriente. Después llegó el mensaje desde su despacho de trabajo en la Zarzuela, el mismo que tuviera el rey Juan Carlos, y el lugar desde el que dirigió el mensaje excepcional ante el desafío secesionista en Cataluña. Sea cual sea el lugar elegido siempre se acompaña en la escenografía de las banderas de España y de la Unión Europa.

Los gestos reales

Este año importaba el mensaje en un momento muy complicado al terminar un año que el rey reconoció como "difícil". Para que nada distrajera la atención se escogió un primer plano, novedoso en este tipo de mensajes y rey gesticuló mucho menos que en el anterior discurso en el que con más vehemencia movía las manos para dar énfasis a determinados mensajes. Este año su tono era tranquilo, sosegado, amable y directo. No empleó frases grandilocuentes ni eufemismos. Cada tema que abordaba lo precedía de lo que en la crónica periodística llamamos "titular". Un tono bien distinto al que empleó en el mensaje excepcional de Cataluña en el que se le vio "más alterado" en las formas. También fue el discurso más breve, que duró menos de 12 minutos y en el que las palabras más repetidas fueron "España", "convivencia" y "unión".

Los detalles "subliminales"

Siempre en estos discursos de Navidad se escogen símbolos que sin hablar se interpretan como mensajes en sí mismos. Y en esta ocasión y por primera vez se podía ver la reproducción del premio que anualmente entrega la Fundación Princesa de Girona a los galardonados, una forma que muchos analistas interpretan como una forma de de remarcar la vinculación de la Corona con Cataluña. También, esto no es novedad, se le da un protagonismo especial a la heredera, a la Princesa de Asturias en la foto tomada en Marivent este verano junto a los reyes y a la infanta Sofía. Además en las imágenes posteriores al mensaje sale la fotografía oficial de la princesa Leonor, tomada recientemente tras la recepción del 12 de Octubre en el Palacio Real. El busto de Carlos III fue otra de los detalles más significativos. Está claro que es "el favorito del rey Felipe". El año pasado salió en el gran retrato que luce en el despacho de Zarzuela desde su proclamación cuando heredó el despacho de su padre. Además se vio un discreto nacimiento con el niño Jesús de la colección privada, y el libro "Camino de Santiago inolvidable", justo en el año en el que ha batido record de peregrinos.

 
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