El PP reclama un antidepresivo a Rajoy
El presidente reúne a la Junta Directiva Nacional de su partido para combatir la sensación de “fin de ciclo” que recorre sus filas
Los conservadores entran en pánico por el ascenso de Ciudadanos en las encuestas, tras su victoria en Cataluña
Los populares están molestos y piden cambios, pero no esperan que haya ningún movimiento significativo hasta que se forme Govern o Rajoy tenga que decidir si manda o no a Guindos al BCE
Madrid
Mariano Rajoy ha convocado este lunes a la Junta Directiva Nacional de su partido para analizar con los suyos la situación de cara al futuro. La cúpula del PP piensa que hará un discurso “con contenido”. Confían en que sea “un revulsivo” y sirva para sentar las bases de trabajo. Consideran vital activar la maquinaria de cara a las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019.
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Tras el batacazo en Cataluña, los populares están preocupados. Sobre ellos planea la sombra de Ciudadanos. Da igual que Rajoy les diga que los datos no son extrapolables al resto de España. En todos los cuarteles territoriales se ha desatado la alarma y con las encuestas, el pánico. “El ascenso de la formación de Albert Rivera es una aviso a tener en cuenta”, señala un diputado. A su juicio hay que afrontar esta amenaza con “una movilización total”. Lo que no saben es la estrategia a seguir. Si es mejor mantener una relación de socios o rivales. Hay quien opina que si se carga mucho contra ellos, lo único que se logrará es que tengan mayor protagonismo.
Muchos cargos conservadores reclaman a Rajoy que reaccione porque por sus filas se está extendiendo una sensación de “fin de ciclo”. Así la radiografía que hacen, tanto del Gobierno como del PP, no es nada halagüeña.
Para empezar creen que al Ejecutivo le falta iniciativa política. Ven a su jefe presumiendo de economía y hablando todo el día de Cataluña, pendiente de los pasos que den los independentistas. Sin poder abordar los Presupuestos hasta que no se forme Govern. Por eso temen que, al final, la “imagen de parálisis” les pase factura.
El “silencio” de Sáenz de Santamaría
Además, en la Moncloa se defiende la aplicación del artículo 155 de la Constitución pero no todos evalúan igual la gestión de estos últimos meses. Sitúan el foco de las críticas sobre Soraya Sáenz de Santamaría a quien ven “desaparecida”. Algunos compañeros resaltan “su silencio”. Comentan que no ha tenido actos públicos e incluso que no ha tuiteado nada desde el pasado 18 de diciembre, fecha en la que compareció en el Senado. Pero sus colaboradores recuerdan que, en estos días, ha mantenido sus habituales reuniones con subsecretarios y secretarios de Estado y que este lunes inaugurará un foro de innovación turística.
De todos modos, la vicepresidenta no es la única persona censurada. Los populares encuentran defectos en Iñigo Méndez de Vigo, Juan Ignacio Zoido o Cristóbal Montoro. La verdad es que medio Gobierno prescindiría del otro sin contemplaciones. Nadie se libra de reproches.
Por otro lado, en el partido confiesan que están “enfadados”. Hartos de tecnocracia. Recomiendan a su cúpula que “se mire al espejo”. Están cansados de la guerra entre Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. Dicen que les afecta y lastra. También lamentan que su formación siga copando titulares por los escándalos de corrupción y les inquieta los procesos judiciales que tienen por delante.
“El PP está muerto en provincias”
Por si fuera poco hay quien piensa que el PP está “muerto en provincias”. Resaltan que hay comunidades autónomas en las que no tienen presencia o candidatos de peso. Sólo ven dos barones representativos: Alberto Núñez Feijóo y Cristina Cifuentes. De modo que piden “reinventarse” cuanto antes. Explican que si no se renueva el proyecto político, sufrirán una sangría de votos en los próximos comicios.
Por eso desean que Rajoy no salga solo a enumerar un calendario de actos y a anunciar una Convención Nacional que se celebraría en Andalucía para mayor proyección de Juan Manuel Moreno por si acaso a Susana Diaz se le ocurre adelantar las elecciones. Y aunque les parece bien debatir medidas, en estos momentos, les resulta “insuficiente” para arreglar sus problemas. Le piden cambios, de nombres y estrategias, pero no ven que vaya a responder a sus plegarias. Calculan que, si hace algún movimiento significativo, no será antes de que haya president de la Generalitat. Pero también conviene destacar que para febrero tiene que tomar la decisión de mandar o no a Luis de Guindos al Banco Central Europeo (BCE).
En la dirección nacional son conscientes de que Rajoy tiene dar con los antidepresivos correctos para levantar los ánimos: “No vivimos en una burbuja. Sabemos que hay muchos nervios, que muchos están desmoralizados y hemos tomado nota de las quejas”. Pero están seguros de que a medida que avance el año, las cosas mejorarán porque de la comunicación y los contactos con otros partidos se va a encargar a partir de ahora más Génova. Y les interesa mucho que se empiece a hablar de otros asuntos como de las pensiones, la educación o del sistema de financiación autonómico.