Alemania castiga con cárcel intentar independizar por la fuerza una parte del territorio
La Fiscalía española ya trabaja para que sean las autoridades alemanas las que se hagan cargo del proceso de extradición del expresident: la normativa alemana castiga con hasta la cadena perpetua el atentar contra el orden constitucional alemán
Madrid
El pasado viernes el juez Pablo Llarena decidió reactivar las órdenes internacionales y europeas de detención contra Carles Puigdemont y el resto de fugados procesados por un delito de rebelión: si finalmente es Alemania quien tramita el proceso de extradición del expresident catalán y no Finlandia o Bélgica, eso podría facilitar bastante los planes del magistrado del Tribunal Supremo.
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De hecho, la Fiscalía española ya ha movido ficha y asegura que se encuentra realizando "intensas gestiones" para que Alemania sea quien finalmente se haga cargo del proceso de extradición. El Ministerio Público español ha puesto a diposición de Alemania "toda la documentación y material que se precise para hacer efectiva la euroorden".
El artículo 82 del código penal alemán, encuadrado bajo el epígrafe de los delitos de "alta traición contra un estado miembro" en referencia a su división territorial en 16 'länders', castiga con penas de hasta diez años de cárcel a quien "incorpore el territorio de un estado miembro a la República Alemana o separe una parte de un estado miembro de ella", así como también cambiar su "orden constitucional". Una versión menos agravada acarrearía un máximo de cinco años de prisión.
El artículo 81 también podría adaptarse a las exigencias del Código Penal español: castiga con penas de hasta encarcelamiento perpetuo a quien "intente menoscabar la existencia de la república o cambiar su orden constitucional". La clave de estos dos artículos radica en el preámbulo: requieren de violencia o de "la amenaza del uso de violencia", principal debate abierto en el Tribunal Supremo en torno a la acusación por un delito de rebelión.
Llarena sacó a Bélgica del caso
Está por ver si es Alemania quien finalmente gestiona su proceso de extradición: en ese caso, las previsiones del juez Llarena con respecto a la entrega de Puigdemont. Los procesos de extradición de los fugados en Bélgica se habían convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el magistrado instructor, que llegó incluso a retirar las órdenes internacionales de detención al no tener claro que las autoridades belgas fuesen a transigir y entregar a Puigdemont acusado de rebelión, sino por otro delito que comprometiese el conjunto de la causa.
El magistrado también se negó a poner a Puigdemont en búsqueda y captura cuando viajó a Dinamarca al entender que intentaba forzar su detención para teneqruna razón ajena a su voluntad para no acudir al Parlament. Los acontecimientos de este domingo complican la estrategia de defensa de Carles Puigdemont pero todavía hay más exconsejeros del Govern catalán en Bélgica: Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig.