Política | Actualidad

El PP se ve en "una guerra" entre Sáenz de Santamaría y Cospedal

Los populares creen que la renuncia de Feijóo les arrastra hacia la división interna

Algunos ven ahora a Ana Pastor como figura de consenso pero creen que la presidenta del Congreso solo dará el paso si se lo pide Rajoy

Alberto Núñez-Feijóo (c) durante su comparecencia de esta tarde para anunciar su intención de quedarse en Galicia y no concurrir en la carrera para relevar a Mariano Rajoy / XOÁN REY. (EFE)

Alberto Núñez-Feijóo (c) durante su comparecencia de esta tarde para anunciar su intención de quedarse en Galicia y no concurrir en la carrera para relevar a Mariano Rajoy

Madrid

En el PP se han quedado "completamente descolocados" con la decisión de Alberto Núñez Feijóo. Muchos dirigentes confiaban en que el titular de la Xunta diera un paso al frente porque pensaban que era "el pegamento" que aglutinaba a todos los sectores. Pero el presidente gallego se queda en Galicia y le llueven las críticas. Muchos le reprochan "su miedo" y que haya mantenido la expectación durante tanto tiempo.

Los populares temen ahora el escenario que se abre. Auguran una fuerte división interna y dan por hecho que se formarán varios bandos. Están muy preocupados por si se presentan María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría porque, opinan, eso sería "el caos, la guerra" entre los que apoyan a una y a la otra.

Aunque, para hablar de batalla, habrá que esperar a que ambas se pronuncien. La secretaria general y presidenta del PP de Castilla-La Mancha ha convocado para este martes una junta directiva regional en Toledo. Se espera que ahí anuncie sus planes. En cuanto a la exvicepresidenta, se desconoce cuánto tiempo mantendrá el suspense. Hay quien dice que si mueve ficha, no lo hará hasta el final.

Además, no se puede descartar que haya alguna sorpresa más. Algunos no borran de la carrera sucesoria a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, pero en el PP creen que solo dará el paso si se lo pide Rajoy. El expresidente se comprometió a no intervenir en el proceso. Pero habrá que ver si al final tiene que mediar para que no estalle todo por los aires.

Antes de la renuncia de Feijoó, el día tenía otro nombre propio, el de Pablo Casado, quien no estaba en las apuestas pero que se decidió a dar el paso. El actual vicesecretario del Partido Popular y diputado lo anunció a través de las redes sociales y después en la puerta de Génova antendió a los medios de comunicación. Casado se presentó como el candidato que "da la cara". Representa el futuro de su partido y puede recuperar la sangría de votos que se ha ido a Ciudadanos y a Vox.

En Génova aseguran que llevaba una semana gestando su candidatura y este martes presentará a su equipo, que, según él, conformará un proyecto renovador pero integrador. Casado lanzó su candidatura en medio de la polémica por su máster y sus estudios.

A muchos populares nos les ha extrañado que lo hiciera. Algunos lo ven como "el Rivera del PP", otros consideran que es "muy ambicioso". Y hay quien cree que se postula para suceder a Rajoy solo para poder negociar luego su cuota de poder o inclinar la balanza hacia aquella persona de "mayor peso". En sus filas, se pueden recabar muchas opiniones sobre él pero todos coinciden en una: tienen la impresión de que ya se ha desatado "la guerra sucia" en su partido. Les mosquea que nada más presentarse, la jueza pidiera al Congreso la confirmación de que es aforado.

A la candidatura de Casado se pueden añadir otros nombres. El primero fue Jose Ramón Garcia Hernández, diputado por Ávila y encargado de los temas internacionales del PP. Proclamó, como todos los demás, que es el candidato de los militantes. También lo hizo José Luis Bayo, expresidente de Nuevas Generaciones del PP de la Comunidad Valenciana, que se presentó con 350 firmas y pidió que el congreso extraordinario de su partido se retrase hasta septiembre para que haya un debate ideológico en sus filas.

Otros amagan con lanzarse a la batalla. Por un lado, está José Ramón Bauza, el expresidente balear, que se presenta como la persona que aglutina al sector liberal. Y, por otro, José Manuel García Margallo, exministro de Exteriores, quien había dicho que si Feijóo se presentaba, él retiraba su candidatura. Ahora se intuye que hará todo lo posible por evitar que Saénz de Santamaría se haga con el poder.

 
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