José Manuel Soria reaparece como compromisario para votar a Pablo Casado
El exministro de Industria, que dimitió de todos sus cargos por los papeles de Panamá, ha sido el delegado más votado de su isla natal y de Canarias
En las filas populares dan por hecho que apoyará a Casado porque era de sobra conocida su mala relación con la exvicepresidenta en la Moncloa
La candidatura de Santamaría ya da por hecho que va a ganar. Sus colaboradores dicen que han hecho cuentas y tienen "una sensación tremendamente positiva"
Madrid
Hay seis autonomías que concentran el 70% de los compromisarios que deben ir a votar al próximo Congreso Extraordinario del PP que se celebra los días 20 y 21 de julio. Por este orden son Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia, Castilla y León, Madrid, además de Castilla-La Mancha. Esos son los territorios clave. Precisamente los que más van a visitar ahora Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. Aunque al exvicesecretario también le interesa conquistar aquellos en los que ganó María Dolores de Cospedal.
A los candidatos les toca ir a la caza del delegado: un total de 3.184. De ellos, 522 son miembros natos. Lo que significa que, en buena medida, están controlados por las direcciones regionales. El resto, sin embargo, sí que ha sido elegido por las bases y a ellos se dirigen realmente los mensajes de esta segunda fase de campaña.
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Este lunes el Comité de Organización se reunió e hizo oficial el reparto, dando un listado de nombres. Y, entre ellos, figuraba el de José Manuel Soria. El exministro de Industria que se vio obligado a dimitir en 2016, de todos sus cargos, por la polémica de los papeles de Panamá.
Soria ha sido el compromisario más respaldado en su isla natal y en Canarias Cosechando 177 votos. Se presentaron 71 personas para 13 puestos y él se hizo con el primero. Desde que se fue, siempre se ha mantenido en un segundo plano, pero ha seguido vinculado a su formación, donde es muy querido.
En el PP, además, tienen claro quién será la persona a la que Soria apoye como sucesor de Mariano Rajoy: sin duda, a Casado. Todos los dan por hecho porque es de sobra conocida su mala relación con la exvicepresidenta durante su etapa en la Moncloa. Vivieron varios enfrentamientos.
Sin debate
Este lunes el PP tomó nota de que Casado quería un debate, pero no abordó el tema. Y aunque desde la candidatura de la exvicepresidenta dijeron que no tiene ningún problema, la verdad es que ella prefiere sentarse a hablar tanto con él como con Cospedal. De hecho, sus colaboradores estaban tratando de cerrar fechas. "No estamos en elecciones generales. Son unas elecciones del PP", resaltaban.
Para Santamaría es mejor "diálogo y acuerdo" antes que un enfrentamiento entre compañeros de partido. Pero quiso dejar claro que no le tiene ningún miedo. Fue José Luis Ayllón quien salió a recordar que ella se ha enfrentado con los líderes de todos los partidos.
Su mano derecha ya da por hecho que va a ganar. Comentó que ya había hecho los cálculos y que teniendo en cuenta los apoyos provinciales y las conversaciones mantenidas, su sensación era "tremendamente positiva y optimista". "Lo vemos con más que claridad", comentaron los suyos. Además, aseguran que hay gente de Cospedal que les apoyará porque consideran que es lo "más respetuoso" que pueden hacer para valorar la decisión de los militantes.
Y, por eso mismo, no ven la necesidad de confrontar proyectos. Los 'sorayos' creen Casado "tiene una enorme falta de experiencia" y que, además, quienes reclaman hablar de ideas "no saben de qué va este Congreso". "Esto no es para hacer un nuevo PP sino uno mejor", comentaron.
Pero Casado no lo ve así. De hecho, en Pamplona sufrió una pitada y abucheos. Algo que le sirvió para reinvidicar "una España unida, plural y fuerte que ponga coto a los intolerantes". Por eso, reclamó más que nunca los principios y valores del PP.
En la candidatura de Santamaría aseguran que no les molesta que Casado vaya buscando siempre el cuerpo a cuerpo. Pero, la verdad, es que, en privado, sí le reprochan que haya criticado 'la Operación Diálogo' porque él estaba en la dirección del partido y no dijo nunca ni pío. Para los 'pablistas', todas estas acusaciones solo demuestran lo nerviosos que están sus contrincantes.