El horror del fuego en Mati: buscando víctimas casa por casa
El terrible fuego que asoló Mati fue el resultado de la combinación de calor, fuertes vientos y pino muy inflamable
Grecia
“Una tragedia incalculable”, esas han sido las palabras con las que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha definido el fuego que ha arrasado Grecia causando la muerte de más de al menos 76 personas. Este mismo martes la fiscalía griega inició una investigación sobre las causas del fuego y si el operativo y las respuestas fueron las adecuadas.
Más información
Horas después de que algunos focos fueran controlados un equipo de más de 200 personas que sigue buscando supervivientes y víctimas casa por casa y coche por coche. A pesar del esfuerzo por coordinar los operativos todavía no hay una cifra exacta de desaparecidos, lo que ha provocado que algunos medios estén dando cifras muy elevadas. El Gobierno mantiene que es imposible precisarlo todavía. Este martes por la noche se encontraron los cuerpos sin vida de dos ancianos lo que deja la cifra oficial en 76 muertos, a lo que hay que añadir más de 180 heridos, muchos de ellos niños.
La imagen en Mati es desoladora. Ayer 26 personas fueron encontradas quemadas en un bar, estaban abrazadas. Son algunas de las víctimas de lo que acabó convirtiéndose en una trampa mortal. La gente no abandonó sus casas hasta el último momento. Luego huyeron hacia la costa pensando que sería una ruta segura pero acabaron atrapados por el fuego.
Otros si llegaron al mar. La Cruz Roja estuvo ocupada, junto a barcos de pesca, toda la noche sacando a gente del agua y llevándoles al puerto de Rafina, allí se está dando atención psicológica a los afectados, que están en estado de shook.
Una cadena de problemas
“No había un plan de evacuación y nadie ordenó evacuar y por eso la gente no se marchó. Las casas se hubieran quemado de todos modos al estar construidas en pleno bosque”, explica un vecino de la zona.
Las condiciones del lugar y del clima propiciaron también la tragedia. La zona es un bosque de pino y eucalipto, que son altamente combustibles, a eso hay que añadir un fuerte viento, altas temperaturas y un invierno muy seco, una combinación que resultó fatal. Ese es el enclave en el que se ubican estas residencias de verano, casas bajas con jardín en mitad del bosque en un laberinto de parcelas y carreteras que dificultaron la evacuación.