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Proceso contra Orban: la UE abre un pulso irreversible contra la ultraderecha

El Partido Popular Europeo decide dar libertad de voto a sus eurodiputados en el proceso

El primer mnistro de Hungría, Viktor Orbán, en la Eurocámara. / REUTERS/Vincent Kessler (ACN)

Bruselas

El partido popular europeo da libertad de voto a sus eurodiputados aunque el jefe del grupo, el alemán Manfred Weber, anuncia que el votará a favor de que se abra el expediente contra Hungría por vulneración de derechos humanos.

Reunión larga, tensa y con llamadas externas como la conversación que Orban ha mantenido con Silvio Berlusconi para garantizarse el apoyo de los eurodiputados italianos.

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Los alemanes de la CDU de Merkel votaran contra Orban. Sus socios de la CSU a favor. Los franceses también votarán divididos y los partidos de los países del este contra la apertura del expediente mientras el PPE lo hará a favor.

Quienes han evitado pronunciarse en público son los eurodiputados españoles. La mayoría está por la abstención aunque las reglas de voto complican la decisión mientras desde los socialistas españoles les piden que expresen su posición. "Ya va siendo hora que el PP se retrate", ha dicho en declaraciones a la Cadena SER el eurodiputado López Aguilar.

El resultado del voto de mañana es aún incierto aunque 70 votos del PP a favor de abrir el expediente podrían decantar la votación para exigir a los gobiernos que fijen su posición.

No es lo que querían los eurodiputados españoles del Partido Popular Europeo (PPE), pero la presencia de neonazis en las calles de Alemania ha revuelto las filas de los democristianos, convirtiendo el debate de Hungría en un ejemplo de lo que no pueden aceptar.

“Cuando pienso en la nueva derecha radical pienso en mi país, en la AFD y en la presencia de nazis compartiendo sus filas en las últimas manifestaciones callejeras”, ha explicado el presidente del PPE Europeo antes del debate de hoy. Y ha añadido: “No voy a permitir ningún papel en las instituciones para este tipo de partidos políticos”.

Weber, que contesta la idea de campaña europea que plantea Macron -a favor y en contra de la UE o entre “europeos buenos y europeos que no lo son”, asegurando que esto no hará “más que reforzar las filas de la derecha radical”-, no puede sin embargo aceptar que se vulneren derechos fundamentales básicos. Y este ha sido su discurso de hoy: “hay una línea roja que no puede dejarse traspasar”.

El proceso

Este es el proceso que puede dejar a Hungría sin derecho de voto si los gobiernos acaban asumiendo el debate en estos mismos términos, pero incluso si el debate se frena en el Consejo hoy, el Europarlamento ha sometido al jefe del gobierno de Hungría a un debate inédito.

"Es normal", ha dicho Kurz en declaraciones a la ORF, el primer ministro de Austria, también del PPE que antes de iniciarse este pleno ha sido el encargado de anunciar que sus diputados votarán contra Orban y que estarán a favor de dejar en suspenso la militancia del Partido de Orban dentro del PPE.

"No cederemos a este chantaje", ha dicho Viktor Orban en el pleno. "Sé que vais a votar contra todo un país para castigarlo porque no quiere inmigración, pero no cederemos". Orban también mantiene que le castigan porque sus ciudadanos no quieren saber nada de los partidos tradicionales en un discurso, jaleado por la extrema derecha y los conservadores polacos y británicos.

Farage, del UKIP, el partido que forzó la campaña del Brexit, ha comparado el debate de hoy con las purgas estalinistas que en la época soviética sufrieron los países del este en un intento de desacreditar los derechos fundamentales que defienden los partidos tradicionales ante los ojos de muchos ciudadanos de los países más nuevos de la UE, convirtiendo el debate en el primer gran paso hacia las elecciones europeas de mayo del 2019.

La mayoría del PPE cree que si Orban abandona definitivamente el grupo de los democristianos con él pueden marcharse otros grupos del este, pero confían que serán pocos y que su impacto en eurodiputados no llegará a los 15. Aunque es imposible hacer cálculos hoy sobre el impacto de institucionalizar la división entre gobiernos radicales antieuropeos como el de Hungría y Polonia y el resultado de la futura campaña electoral.

De momento, el problema está en el seno del PPE donde las posibilidades de abstención en el voto del artículo 7, que era la opción por la que parecían decantarse los 16 diputados españoles, se ha complicado al decidir el presidente del Europarlamento que las abstenciones no cuentan como voto y, por tanto, facilitan el obtener los dos tercios de votos emitidos que necesita el resultado final para ser válido. Esta votación requiere una doble mayoría en la que los síes, si son la mayoría a favor de abrir el expediente, requieren representar los dos tercios de votos emitidos.

Formato que contesta el partido de Orban, amenazando con recurrir el proceso ante los tribunales europeos, aunque esto no impedirá el voto de castigo y censura al hombre que plantó cara a Merkel contra la política migratoria de solidaridad y que ha conseguido mantener bloqueada a la UE desde el verano del año 2015.

 
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