Las primeras impresiones de 'El Mal Querer' de Rosalía
Los redactores de la Cadena SER comparten sus primeras impresiones tras escuchar el segundo disco de Rosalía
Rosalía estará este martes en La Ventana en una entrevista con actuación que se retrasmitirá en streaming
undefinedGRABACIÓN: ALEJANDRO RODRÍGUEZ | EDICIÓN: PABLO PALACIOS
Madrid
No ha habido un disco en este siglo que haya generado tanta expectación como ‘El Mal Querer’, el segundo álbum de estudio de Rosalía. La nueva entrega de la compositora catalana llega rodeada de una campaña de promoción inédita en el pop español que ha generado unas expectativas desmesuradas alrededor de un disco que parte del flamenco para bailar con sonidos urbanos y ritmos del siglo XXI.
Con este álbum, al que Rosalía ha dedicado más de dos años, la cantante pretendía dejar atrás las etiquetas y conquistar el mercado del pop internacional. Y lo ha logrado. Rosalía se presenta el mundo con un disco conceptual basado en una novela y entrega una historia de amor en once entregas que abren nuevos caminos sonoros en la música española.
‘El Mal Querer’ remite en cierto modo a ‘Omega’, aquel maravilloso experimento de Enrique Morente y Lagartija Nick, un álbum clásico de la música española pero con una sustancial diferencia, Omega fue un riesgo y un fracaso comercial que casi le cuesta la carrera a Morente y ‘El Mal Querer’ impulsará a la cantante catalana como estrella global de la música española.
La primera vez que escuchamos la voz de Rosalía fue en la genial ‘Antes de morirme’, donde cantaba junto a C. Tangana, punta de lanza del trap español. Lo segundo fue ‘Los Ángeles’, un enorme disco de flamenco bastante ortodoxo, pero con Refree a la guitarra, que la acercó al público indie del Primavera Sound. Y lo tercero, ‘Brillo’, una colaboración con la estrella del mainstream latino J Balvin. Una mezcla explosiva rematada por la aparición de ‘Malamente’, primer adelanto de ‘El Mal Querer’. Una canción que abrió el debate sobre la aparición de un nuevo género (¿flamenco-trap?) y con la que ha captado la atención de medio mundo. Desde Los Morancos hasta ‘The New York Times’ o ‘Pitchfork’. El márketing también ha ayudado, claro. No todos los músicos ven su disco anunciado en Times Square. Pero más allá del fenómeno, están las canciones y, tratándose del disco del año, por su repercusión social, hemos decidido aportar algunas opiniones para ayudar a descifrarlo.
“Se pueden hacer cosas nuevas”
‘El Mal Querer’ provoca por fin la sensación de que sí se pueden hacer cosas nuevas. Desde el ‘Omega’ de Morente y Lagartija, no había escuchado un experimento, que -al menos en la primera escucha- pide más. Un experimento que funciona. ‘El Mal Querer’ no es un disco, es una película, su protagonista una voz impresionante, que a veces acaricia y otras hace daño. Una película con matones que van en moto, mujeres que hablan en la calle, psicodelia que engancha, vientos que marean y hasta Rossy de Palma. El nuevo disco de Rosalía envuelve, revuelve, es pesadilla y buen sueño, provoca y enloquece. Agobia y mece. Me encanta. Quiero más. Sara Vítores (Hora 25) Nota: 9
“No había para tanto”
Si alguien se enfrenta a El Mal Querer esperando escuchar 11 malamentes, se va a llevar una decepción. Lo más destacado del disco quizá sea la ambición que desprende —empezando por esa estructura de capítulos, como si el disco fuese un musical— y también su querencia por la experimentación, siempre con el flamenco como punto de partida. A veces sin alejarse mucho de la base, como en ‘Que no salga la luna’, y a veces de forma más intrépida, como en ‘Bagdad’, donde se nota la admiración de Rosalía por James Blake, o en ‘De aquí no sales’, repleta de samplers. Que una artista de 25 años conjugue todo eso con temazos como ‘Malamente’ o ‘Di mi nombre’ es esperanzador, pero el márketing ha hinchado tanto el globo que la sensación predominante es la de que (aún) no había para tanto. Carlos G. Cano (Fuego y Chinchetas) Nota: 7
“Cumple, funciona y engancha”
‘El Mal Querer’ es un disco tan ambicioso como rodeado de expectación, una obra conceptual compuesta para ser escuchada en orden y en ese sentido funciona sin grandes lagunas. Con un sonido más flamenco que el que anunciaba ‘Malamente’, Rosalía ha firmado un álbum mayúsculo, original y fresco que tiene que hacer frente a unas expectativas desmesuradas pero que cumple colándose en esa categoría de los grandes discos del pop español. Su cinematográfica propuesta, repleta de riesgos, presenta una historia de amores mal entendidos, de mujeres empoderadas, de celos. Todo construido conjugando sonidos, estilos y con la voz de la catalana como la bisagra que une lo urbano y lo jondo, el siglo XIX y el XXI. Detrás de toda la maquinaria promocional que convertirá a Rosalía en una estrella internacional se esconde un disco espléndido. Alfonso Cardenal (Sofá Sonoro). Nota: 8.
“¿Flamenco en la Superbowl?”
Rosalía tiene el oído en el pasado, la mente en el futuro y la voz en un brillante presente. Su segundo disco es bueno, muy bueno. Y, lo que era aún más difícil, está a la altura de las expectativas. Ya conocíamos los ingredientes y también algunos de sus hits instantáneos, pero nos faltaba comprobar que, además de tener valor independiente, las canciones que han despertado la atención de medio universo musical estaban al servicio de un discurso. En los 11 capítulos de “El Mal Querer”, las palmas conviven con los ritmos electrónicos: beat y compás reservando el primer plano para el cante… O el canto, qué más da. Los momentos más brillantes del disco son precisamente aquellos en los que la voz suena más libre.
Seguramente es pronto para para decir si estamos ante un fenómeno pop de larga duración, pero el talento de Rosalía es indudable y nadie puede negarle el logro de haber sabido trazar el camino más directo entre el tablao y un neón de Times Square, pasando por el banco de un parque de Barcelona. Fuera de aquí, entrará en el heterogéneo saco del pop latino, sumará fuerzas para derribar la dictadura del inglés en el mercado internacional y, de paso, demostrará que la complejidad y la profundidad de la música en nuestro idioma pueden ir mucho más lejos que en ‘Despacito’ o ‘La Macarena’. ¿Flamenco en el descanso de la Superbowl? ¿Verdad que ahora no suena tan descabellado? Pablo González Batista (Hoy por Hoy) Nota: 8,5.
“Un disco eminentemente de flamenco”
Después de escuchar temas como ‘Malamente’ y ver su puesta en escena no tenía claro cuánto de flamenco iba a quedar en el nuevo disco de Rosalía más allá de su voz. Ya he despejado las dudas: este álbum es un disco eminentemente de FLAMENCO, en mayúsculas. Con sus quejíos (‘Reniego’), sus jaleos (‘Cordura’), sus alegrías (‘Que no salga la luna’), sus punteos (‘Preso’) y sus palmas (‘Di mi nombre’). Pero también con sus sampler (‘Pienso en tu mirá’) y su autotune (‘Bagdad’). Una historia de amor tan flamenca como los distintos palos por los que va pasando. Desgarradora y sentía. El verdadero cambio va a estar más en el escenario que en el sonido. Elisa Muñoz (Fuego y Chinchetas) Nota: 9.
“Un pequeño gran universo”
El nuevo disco de Rosalía es un pequeño gran universo que indiscutiblemente solo pertenece a ella. Por sus once “cortos cinematográficos” desfilan interesantes contrastes, colaboraciones antagónicas que se besan en los rincones más oscuros para no ser vistos. Hasta que llega su voz y enciende la luz. El concepto del álbum, el sonido o la producción presentan infinitas capas que desnudar. Está la Rosalía urbana que juega con la electrónica, el baile y el futuro. También la flamenca, la de la tradición oral, la eclesiástica, la de las palmas, las calles empedradas y los jaleos. Pero suma otra nueva Rosalía, que se funde en determinados momentos con la orquestación o los coros, elevando las composiciones a su particular cielo. Es la que se desangra por el mal querer, se enfrenta al carcelero y convierte las llamas en canción. Laura Piñero (La Ventana). Nota: 8.
“Más flamenco del esperado”
El caso de Rosalía es el más paradójico y sorprendente que ha dado la música española en el último lustro. Rosalía, con una estrategia cuidada, y el anticipo adecuado, ha creado unas expectativas sin precedentes, que como resultado da un disco que vistos los singles previos apuntaba hacia una dirección que confirma el cambio manteniendo con rigurosidad el espíritu de ‘Los Ángeles’. Todavía quedan rastros de aquel flamenco que le cantaba a la muerte mientras desarrolla su cara más urbana, con el riesgo como denominador común y una presencia arrolladora, convincente. "‘El Mal Querer’ no es un disco de digestión serena, necesita tiempo, dedicación. Esta vez no se abre en canal, mide los esfuerzos y calcula su rumbo. Eso sí, sabe dónde pisa, y como es caballo ganador (consiente ella y su entorno) no necesita que sea un disco redondo para causar el efecto deseado: que todo el mundo hable de ella. La duda es hacía dónde se dirigirá en un futuro, de nuevo a la raíz o hasta un plano futurista y distorsionado. Toni Castarnado (Sofá Sonoro) Nota: 7.
“Apasiona por novedoso”
Un amor truncado de 11 capítulos que tienen tanta fuerza por separado que apasiona a los afines al cante jondo como a los que no. A ambos por novedoso. La base es el flamenco (más del esperado), el envoltorio es el “sampleo”, el R&b y hasta el autotune. Las palmas y los sonidos millennials están tan bien entrelazados que nada rechina cuando se fusionan, salvo los frenazos intencionados en ‘De aquí no sales’. Rosalía, que esconde y enseña la voz agitanada a su antojo, se guardó, inteligentemente, ‘Bagdad’: una nueva píldora que añadir a los tres cebos que lanzó para captar discípulos. Íñigo Renedo (Fuego y Chinchetas) Nota: 9.
“Moderno, rupturista, pero jondo”
Como La Niña de los Peines sonando a Portishead. ‘El Mal Querer’ reivindica el amor por el flamenco. Es moderno, rupturista, pero jondo. Al ‘tra trá’ y los sintetizadores de ‘Malamente’ lo interrumpe la guitarra española, las palmas y el juego vocal de Rosalía en ‘Que no salga la luna’. Como un aviso de que aquí hemos venido a escuchar flamenco. Un flamenco feminista transportado, a base de loops, a un lugar que atrapa. La canción del disco: ‘Bagdad’, donde la voz de Rosalía alcanza su clímax. Inés Vila (Hoy por Hoy Madrid) Nota: 8.
“Lo que escucho me distrae de lo que siento”
“No me compraría un disco de Rosalía”. La frase no es mía pero la firmo tras la impresión que me deja haber escuchado sólo una vez su nuevo trabajo. Admito también que la frase pide casi inevitablemente algún “pero”. Ahí va el mío. No me lo compraría pero me gusta que en tiempos de academias, de productos prefabricados y de flamenquito cansino, surja alguien arriesgado y original; alguien que suena cuidado y suena bien. Me gusta lo que cuentan de ella. Que a base de mucho trabajo, dominio de las nuevas plataformas de distribución y algún encuentro casual con altos directivos y cantantes de renombre, va a llegar muy alto. Pero quiero sentir a Rosalía cuando la escucho, y en ‘El Mal Querer’ lo que escucho me distrae de lo que siento. Escuchar solo una vez ‘El Mal Querer’ me ha llevado esta noche a volver a escuchar, y sentir, el ‘Omega’ de Morente y Lagartija Nick. Rafa Panadero (A Vivir) Nota: s.c..