De ser su hombre fuerte a no hablarse con Rita Barberá

Valencia

Alfonso Grau entró en política tarde. En 1995, cuatro años después de llegar Barberá a la alcaldía, este médico sindicalista del CSIF se incorporaba al gobierno del PP para hacerse cargo de, entre otras cosas, la concejalía de fiestas. Con el paso de los años Grau fue acumulando más responsabilidades hasta convertirse en el responsable del área económica y de grandes proyectos. De hecho se convirtió, de facto, en la mano derecha de Barberá. Se dice que todo lo importante que llegaba al Ayuntamiento pasaba por sus manos.

El ocaso político de Alfonso Grau comenzó con el caso Nóos. Fue imputado y posteriormente procesado por autorizar la firma de las Valencia Summit. Sus salidas de tono a cuenta de este asunto le valieron minutos y minutos de las televisiones nacionales.

Grau es el único del Ayuntamiento que se sienta estos días en el banquillo de los acusados en Palma, porque Barberá logró librarse. El pasado 16 de marzo Grau, nada más ser procesado, dejaba el Consistorio en el que estuvo trabajando durante 20 años. Salida muy amarga como reconocía hace unos días en una entrevista a Radio Valencia. Desde entonces no habla con Barberá.

La justicia también investiga a su pareja

El de Nóos no es el único calvario que está soportando Grau. Noos lo apartó de la lista electoral pero a los pocos meses de salir del Ayuntamiento unas grabaciones muy comprometedores ponían en la picota a su mujer, la concejal María José Alcón, que también se veía obligada a dejar la lista y abandonar su puesto de asesora del PP. Grabaciones que cuestionaba el propio Grau.

El 26 de enero, en el marco de la operación taula, Alcón era detenida por la UCO la Guardia Civil. Este lunes Grau vuelve a ser noticia.