Política
CASO GÜRTEL

Boadilla: epicentro del terremoto Gürtel

Este municipio del oeste de Madrid fue durante diez años uno de los cuarteles generales más fructuosos para la trama: desde pelotazos urbanísticos hasta conciertos de música clásica

Arturo González Panero llega al Tribunal Superior de Justicia de Madrid / EFE

Madrid

Con sus menos de 50.000 habitantes, a apenas veinte minutos en coche de Madrid y con una de las medias de ingresos familiares más elevadas de España, Boadilla del Monte fue durante muchos años el barco pirata de los miembros de la trama Gürtel. Una década de adjudicaciones irregulares, contratos amañados, facturas infladas y cuentas imposibles ataron el nombre de este próspero municipio madrileño a las corruptelas de la trama Gürtel que durante un tiempo estuvo integrada en el ADN político y empresarial del oeste de la región. 

Lo que ahora reconoce sin matices el dueño de la constructora Hispánica es lo que el juez José de la Mata ha decidido llevar a juicio en la pieza separada que lleva el nombre de la localidad: 27 personas se sentarán en el banquillo por una década de desmadres en Boadilla del Monte.

Lo que confiesa en su escrito de defensa Alfonso García-Pozuelo es una parte representativa de cómo los empresarios de la Gürtel y sus empresas eran prácticamente un poder adjudicador en Boadilla del Monte, según los investigadores. Empresarios como Francisco Correa, Pablo Crespo, José Luis Ulibarri, el propio Alfonso García-Pozuelo o José Ramón Blanco Balín y políticos como Arturo González Panero El Albondiguilla, Alfonso Bosch, Tomás Martín Morales o José Galeote formaban una "comunidad criminal" que amañaba contratos y facturas de forma "permanente y sistemática". La "simbiosis" perfecta, según la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía Nacional. ¿A cambio? Viajes a Miami. Camisas caras. Lo que los investigadores llaman "dádivas", en definitiva.

La Gürtel, según las pesquisas que están a punto de llegar a juicio, sabía aprovechar los grandes números pero también apreciaba el valor de las pequeñas cosas de Boadilla del Monte: desde un contrato de 33 millones de euros por una parcela de doce mil metros cuadrados hasta 15.000 euros por un concierto homenaje al músico Luigi Boccherini. Quince contratos voluminosos que suman noventa millones y treinta y un contatos menores por valor de 655.071,99 euros. Construir noventa y seis casas de protección oficial, remodelar una glorieta o construir una piscina.

La Fiscalía Anticorrupción tiene bastante claro el funcionamiento de la Gürtel en Boadilla del Monte y en su escrito de acusación se comporta de forma contundente: pide 76 años y medio de cárcel para Francisco Correa; 40 años y nueve meses, para González Panero; y 23 y medio para Alfonso Bosch; entre otros. Los políticos implicados de Boadilla no sólo habrían abierto las puertas del consistorio para que la trama campase a sus anchas, sino que también se habrían llevado sus comisiones correspondientes. El juez ha calculado más de 150 millones de euros en multas y diversos conceptos de responsabilidad civil.

Financiación irregular: "Pufos Boadilla"

Y como el juez y la UDEF, el Ministerio Público tiene clara otra cosa: que el Partido Popular se financió de forma supuestamente irregular de la trama. En el caso de Boadilla del Monte hablamos de 204.000 euros de los que la formación conservadora va a tener que responder como partícipe a título lucrativo: actos del partido y actos también de carácter electoral pagados o bien por la trama o bien cuyos fondos salieron directamente de las arcas municipales.

Por ejemplo: Special Events S.L pagaba un acto electoral, pero luego lo cobraba con margen de beneficio de las arcas del municipio. Esta carpeta se llamaba "actos" o "pufos Boadilla". Banderolas. Vídeos del partido. Buzoneo de folletos. Encuestas.  La moqueta de la oficina electoral. Un acto de campaña de Esperanza Aguirre en 2003 en la localidad. Según el juez y la Fiscalía, cualquier excusa era buena para sufragar la logística de campaña del Partido Popular en Boadilla del Monte de forma supuestamente irregular. Las facturas podían terminar, por ejemplo, imputadas a la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de la localidad.

En los escritos de policía, juez y fiscales que se amontonan en el juzgado de la Audiencia Nacional que investiga la trama Gürtel, el nombre de Boadilla del Monte ocupa un lugar privilegiado junto con municipios cercanos como Pozuelo de Alarcón, Majadahonda o el más lejano Arganda del Rey. Las distintas piezas separadas de la investigación desgajan cómo la trama hizo y deshizo a su antojo durante años en el oeste de Madrid, de la mano en muchas ocasiones de los propios alcaldes.

 
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