Talento andaluz para cuadrar el círculo
El rigor, capacidad de trabajo y cintura política de María Jesús Montero al frente del Ministerio de Hacienda como antídoto para salvar unos presupuestos envenenados
Sevilla
María Jesús Montero, médico de profesión, ha sido consejera de Salud en los gobiernos de Chaves y Griñán y de Hacienda con Susana Díaz. Es la consejera más longeva, con mayor experiencia del gobierno andaluz. Quienes la conocen, lo achacan a su talante, a su cintura política, su capacidad negociadora y su fuerza comunicativa.
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Montero es persona de confianza de Susana Díaz y su nombramiento se interpreta como un gesto conciliador entre Ferraz y San Vicente, negociado previamente por ambos equipos, lo que marca un hito en la relación del PSOE con su federación más numerosa; un gesto que allana el camino en la difícil relación desde que Pedro Sánchez venciera en las primarias a Susana Díaz hace un año.
El nombramiento de Montero es muy importante por su capacidad de negociación en un gobierno en minoría. De hecho, la actual consejera andaluza de Hacienda ha sacado adelante los presupuestos andaluces gobernando en minoría con el apoyo de Ciudadanos. Y negoció los presupuestos con Izquierda Unida en la anterior legislatura andaluza.
Como consejera de Hacienda, ha cumplido los objetivos de déficit y deuda de Andalucía, incluso en los peores años de la crisis, buscando siempre el equilibrio de unas cuentas públicas austeras con el blindaje de los servicios públicos y el estado del bienestar.
Montero asumirá ahora el Ministerio al que tantas veces ha reclamado un nuevo acuerdo de financiación autonómica y del que depende que Andalucía pueda salir a financiarse en los mercados como planteó formalmente el gobierno andaluz al exministro Montoro, sin haber tenido respuesta.
Está por ver si sus cualidades de rigor, trabajo y diálogo serán suficientes para cuadrar el círculo de reconducir unos presupuestos generales del Estado ya aprobados en el Congreso e impugnados ahora por casi todos en el Senado. Unas cuentas públicas que la propia Montero llegó a tildar de "antisociales". Del éxito en esta ingente tarea, dependerá en buena medida el tiempo de legislatura.