Getafe y Barcelona resuelven sus asuntos

A falta de una jornada para que acabe La Liga, el Barcelona y el Getafe no se han complicado (0-0). Ambos sabían que un empate era suficiente para respirar tranquilos para el próximo curso. Los de Xavi certifican su segunda plaza en la clasificación, tras el empate del Sevilla ante el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano. Mientras que los madrileños tienen la permanencia asegurada.

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La verdad es que ninguno de los dos equipos llegaba la cita demasiado sobrado. El Barça llegó con nueve bajas entre los sancionados y lesionados, mientras que el Getafe, sin hacer mucho ruido, preparó una fiesta por una permanencia que se ha sudado mucho.

Primera parte tranquila

A pesar del ambientazo en el Coliseum, la primera parte del partido soporífero del Barcelona. De poco fútbol. Se notaba que el objetivo de ambos equipos estaba prácticamente cerrado. A los de Xavi les costaba encontrar espacios en la línea ofensiva. Con un Getafe muy bien plantado atrás, con las líneas muy juntas. Momentos muy tranquilos donde el Barcelona ha tenido más el control, pero, quizá, los de Quique Sánchez Flores buscaron un poco más la portería rival, pero sin éxito.

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Y es que un punto es lo que necesitaban el Getafe y el Barcelona para conseguir sus objetivos, la permanencia y el segundo puesto, respectivamente. En el caso del club blaugrana estaban obligados a terminar segundos para jugar la Supercopa de España el próximo curso y asegurarse unos ingresos extras fundamentales para la entidad.

Final de fiesta

El segundo tramo, comenzó mucho más dinámico que el primero. Los dos clubes parecía que salieron con más ganas de marcha. Pero la dinámica sería similar a la de la primera parte. Xavi buscaría darle la vuelta al partido sacando a Ansu Fati, pero el encuentro seguiría siendo espeso. Pero las buenas noticias no iban a llegar para Xavi, cuando en el minuto 70, Memphis Depay pidió el cambio. Otro que se unía a la enfermería blaugrana.

Los minutos fueron pasando, en un partido sin ritmo ni ocasiones, quitando importancia de lo que sucedía en el terreno de juego para dárselo a la grada del Coliseum. La afición deseaba el pitido final, y ese sonido llegó. La fiesta arrancó en el césped para los del Getafe, el alivio se apoderaba de los que estaban en el banquillo. Todos respiraban tranquilos sabiendo que el año que viene los de Quique Sánchez Flores siguen en primera división.

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