La Iglesia y la apropiación de la mitad de cementerios de España: "Se los han quedado porque nadie los reclamaba o no estaban registrados"

Madrid

El Diccionario de la Lengua Española define la palabra cementerio como aquel "terreno, generalmente cercado, destinado a enterrar cadáveres". En ningún momento se hace alusión alguna a la Iglesia Católica, principal propietaria de la mayoría de estos recintos. Pero lo cierto es que esta organización religiosa ha inmatriculado más de 2.500 camposantos civiles en España. Es decir, han documentado, por vez primera, aquellos recintos que no constaban en el registro de la propiedad.

Esta cantidad supone la mitad de los cementerios del país. Una realidad que se estampa en 'La dificultad de morir sin religión', un reportaje de Valentina Rojo y Javier del Pino, compañeros de A vivir, al que la Diputación de Sevilla ha distinguido con el II Premio Internacional de Periodismo Manuel Chaves Nogales. Un trabajo de investigación que tiene como figura clave a la escritora Almudena Grandes.

Un año después de su muerte, y posterior despedida en el Cementerio Civil de Madrid, ambos premiados han explicado en La Ventana el origen de este trabajo. "Escuchábamos mucho esa expresión de "cementerio civil" durante aquella semana", explica el presentador de A vivir. A lo que Valentina añade que este tema llegó gracias a "Juan González Bedoya, que se lo pasó a Ramón Lobo y este a Javier", quien "la metió en el tema", señala de forma irónica.

Unas de las cualidades del periodista es la curiosidad, pero, también, adentrarse en aquellos temas que desconoce, como ocurría con Valentina que pese a llevar más de una década residiendo en Madrid, "no conocía ese cementerio", explica. Un descubrimiento por el que ha sentido tanto "sorpresa" como "indignación". "No sabía nada de esto, nos ocurre muy a menudo, es lo bonito del oficio, aprender cosas cada día", apunta.

Gualda

Y es que este "negocio" de la Iglesia se produce por la falta de documentos de registro. "Muchos cementerios se los ha quedado la Iglesia porque nadie los reclamaba", comenta Javier del Pino. Uno de esos casos ocurre en Gualda. Este pueblo de Guadalajara descubrió que la Iglesia se había apropiado de su camposanto gracias a unas barbacoas.

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El alcalde había construido un parque con mesas y unas parrillas al lado de la ermita. Pero cuando las vecinas se lo enseñaron al nuevo párroco se llevaron una sorpresa: “El cura les dijo que aquel terreno no era del ayuntamiento, fuimos al registro de la propiedad y comprobamos que efectivamente se habían inmatriculado el cementerio y dos ermitas”, comenta en el reportaje María Ángeles Remón, que fue alcaldesa en el pueblo entre 2007 y 2014.

Franquismo y Aznar

De hecho, cuenta Valentina Rojo que el pueblo tuvo que pagar una indemnización de hasta 6.000 euros. Una cifra inasumible para un pequeño pueblo. Por su parte, Javier del Pino que "durante el franquismo y el aznarismo se permitió que inmatricularan propiedades que no se pudieran demostrar su pertenencia" aunque haya ayuntamientos que "corren con los gastos de mantenimiento". "Así que lo correcto es decir cementerio a secas y no cementerio civil", remata.