“Si tengo que hablar del islam, lo haré”
Philippe Lançon, uno de los periodistas herido en la matanza, cuenta lo ocurrido a la SER
Madrid
Cuando Philippe Lançon comprendió quiénes habían entrado en la redacción de Charlie Hebdo, "ya era tarde", porque estaba "rodeado de amigos muertos". El pasado 7 de enero, los hermanos Kouachi irrumpieron en la sede de la revista con fusiles kalashnikov y efectuaron 30 disparos para responder a la publicación de una caricatura de Mahoma. 12 personas murieron y otras cuatro, entre ellos Lançon, resultaron heridas. "Tenemos que ser dignos de la libertad que nos enseñaron los fallecidos y si tengo que hablar del islam, lo haré", ha revelado el periodista, a Macarena Berlín, en Hoy por hoy.
'Cuando entendí lo que ocurría, ya estaba rodeado de amigos muertos'
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Desde entonces, este periodista de 52 años se ha sometido a 13 operaciones para reconstruir su cara y su boca, además de ejercicios para "poder hablar y comer, poder tener una vida normal" que le permita trabajar. Este redactor del diario Libèration ha explicado que recuerda "todo" lo que ocurrió porque él "no perdió la conciencia en ningún momento". Lançon ha explicado que "lo que recuerdo fue rápido e inverosímil. Parecía una película de serie Z, muy mala y muy barata".
El redactor achaca a la "casualidad" y a la "suerte" seguir con vida: "Me encontraba al fondo de la pequeña sala donde entraron, me tiré al suelo y cuando se acercó uno de los terroristas no me moví. Pensé que estaba muerte o iba a morir, pero el chico se alejó". Hablar de perdón, en cualquier caso, es otra cosa. "Yo no soy Dios para perdonar, soy una víctima, pero sí me gustaría entender por qué hicieron una cosa enorme e impensable, con quién lo hicieron y de dónde venían las armas",
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Lançon subraya que lleva 30 años ejerciendo con libertad el periodismo, "una condición esencial de la profesión" que le ha servido desde la responsabilidad para "pensar lo que pensaba, ver lo que veía y escribir lo que creía que tenía que escribir". El pasado 17 de enero, el terrorismo quiso acabar con ello en lo que define como una "venganza extraordinaria y totalmente loca de un mundo que quiere impedir la libertad de expresión".
El hombre que ha vuelto a reír hace pocas semanas en una sala de cine porque "antes no podía por las heridas y no tenía derecho" no esquiva las preguntas sobre la última portada de la publicación que se mofa del MH370, el vuelo desaparecido de Malaysian Airlines. Lançon asegura que "esta es una publicación satírica, no de un salón de té a las cinco de la tarde". Es, añade, "una portada que no hubiera molestado a nadie antes de los ataques, pero puedo entender que haya gente a la que no le pueda gustar. Pues que no la compren".