Historias para no dormir

Madrid

Pereza. En sus niveles máximos. Es lo que produce habitualmente tener que hacer el café nada más levantarse de la cama. Con el cuerpo aún acostumbrándose a permanecer en vertical, con los ojos despegándose, con las manos torpes, volviendo a aprender a funcionar. Por eso apunta a gran avance de la tecnología una cafetera programable para que nos tenga el café preparado a la hora de despertar. Si hablamos de electrodomésticos inteligentes, en este caso alcanzaría la condición de superdotado. ¿Y qué decir del despertador que es a la vez una cafetera que se pone en marcha cuando suena la alarma? Lo siguiente en café parece que es cumplir sueños. Y despiertos, cómo no.

Parece complicado innovar en un campo que ya ha visto casi de todo, más aún desde que las ciudades se han llenado de cadenas multinacionales que ponen mil y un tipos de cafés en diferentes tamaños. Un cambio en las costumbres que ha llevado a que, por ejemplo, The New York Times se pregunte si realmente tomamos un capuccino cuando pedimos y nos sirven un capuccino. Pues a pesar de todas las innovaciones sobre el producto en sí, sí hay avances en la forma de prepararlo o de consumirlo. Por ejemplo, lo de que haya agua en Marte nos sitúa un paso más cerca (la duda es cuántos millones de pasos harán falta) del turismo espacial. Ya vimos en esta misma sección que la ingeniería ha creado un vaso para beber whisky en gravedad cero. Tampoco ha sido fácil dar con la tecla para hacer y tomar café en esas mismas condiciones. Y lo han conseguido la NASA y la marca italiana Lavazza:

Lo siguiente en café es también tomarlo con moderación (y bajo su responsabilidad). ¿Cómo conseguirlo? Pues hay una aplicación informática, disponible de momento solo para los dispositivos Apple, que permite saber cuál es el consumo de café y, según ese dato y nuestras características físicas, detecta cuál es el mejor momento para dormir. Up Coffee ayuda cuanto menos a tomar conciencia de la cantidad de cafeína que llevamos en el cuerpo. Café sí; pegar ojo también.

Pero en este mundo raro, hay quien quiere sólo una parte del café: la cafeína. Se puede recurrir a los refrescos, a las bebidas energéticas o... a los cigarrillos electrónicos. Es lo siguiente en inhaladores: aspirar cafeína. De momento, como con otros dispositivos de este tipo, hay dudas sobre su seguridad en la salud humana. En esta sección, desde la que tratamos de mirar hacia el futuro, también somos algo escépticos. Y, por qué no decirlo, un poco románticos. Donde esté una taza de café en buena compañía... Aunque haya que hacérsela uno mismo recién levantado.