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Economia y negocios

Las tonterías que hacen perder un cliente

¿Qué te ha llevado a dejar de ir a un restaurante, cafetería, de comprar en una tienda o elegir una marca? Comparte con nosotros tus historias

Muchos de estos problemas entre el servicio y los usuarios ocurre en restaurantes. / GETTY

Madrid

Hay estudios que aseguran que las compañías/empresas pierden un 10% de sus clientes cada año y que ganarse a cada uno nuevo tiene un coste hasta cinco veces superior al de retenerlo, según datos de la consultora Nielsen. Con estos datos, me planteo: ¿cuántos clientes pierden las empresas y los negocios por cosas absurdas sin tener en cuenta lo fácil que es perder un cliente y lo difícil que es conseguir uno nuevo? Seguramente muchos no tienen en cuenta que, además, un cliente enfadado es un gran altavoz, mucho más ahora con las redes sociales, que es escuchado por muchos otros, es decir, muchos potenciales clientes también enojados y que rechazan a esa empresa que a “alguien”, familiar, amigo o desconocido le hizo una faena…

Sobre estas reflexiones, os propongo recopilar vivencias sobre situaciones absurdas que consiguen enfadar a un cliente y, consecuentemente, darle la espalda al negocio, tienda, supermercado, gran superficie. Pero, sobre todo, que vosotros aportéis vuestras vivencias propias a través de nuestras redes sociales. A través de Facebook o Twitter. ¿Te apuntas? ¿Qué te ha pasado? ¿Qué situación tonta, ridícula, patética incluso te hizo dejar de comprar en algún sitio, dejar de ir a un bar o restaurante? Las comentaremos también en el programa.

Aquí van algunas mías y de los oyentes de Ser Consumidor:

  • Cobrar 3,50 euros por pedir un poco de mostaza para añadir a la carne que te vas a comer. ¿Vuelves? ¿Coste real de la pizca que te pones?
  • Pedir en una cafetería dos cafés y dos cañitas. Devolverlas por estar en mal estado la crema y cobrarte ¡la parte proporcional de lo que te habías comido! (el primer mordisco).
  • ¿Te fías de una tienda donde descubres que la fecha de caducidad o consumo preferente ha sido tapado por uno más reciente?¿Quién se fía otra vez?
  • Ofertas de pack familiares que son más caros que comprando los productos sueltos… ¿Cómo me voy a volverá fiar de esa marca?
  • Colarte fruta excesivamente madura, incluso picada, que tienes que tirar a la basura en cuanto llegas a casa. ¿Error, te fiarás la próxima?
  • La tintorería que te pone reparos para hacer una nueva limpieza a unos pantalones que no han quedado bien del todo. ¡Ya no vuelves!
  • En una zona de bares y cafeterías con buenos aperitivos con las cañas o los vinos, el que se limita a las clásicas aceitunas o las patatas fritas. Es empezar a cerrar.
  • Devolver un café por estar frío y que lo calienten en el microondas. ¡Si uno nuevo cuesta céntimos! Devolver una cerveza por estar congelada y que traten de colarte las dos…
  • Cobrar cantidades excesivas por lo arreglos de la ropa. Es un servicio para fidelizar, ¡no es el negocio!
  • “Colar” en las bandejas de carnes o pescados piezas poco comestibles, tapadas por las que van encima, entran más por la vista. Ni una más…
  • Cobrar por una jarra de agua aunque otros comensales se toman otras bebidas…Ilegal y patético.
  • Reservar en un restaurante un menú/celebración cerrado para 30 personas y el café que te tomas mientras hablas con el encargado, ¡te lo cobran!. Detallazo.

Y hay otras reflexiones más genéricas que también crean indignación y rechazo por los consumidores.

Por ejemplo, a mí me indigna que cuando tienes una avería telefónica te puedes pasar varios días hablando con una “máquina” y tratando de explicarle, sin saber, que es lo que te ocurre…

O entregar más tarde de la fecha fijada las compras que realizas por internet o en una tienda ( como electrodomésticos ). Mucho peor si, encima, no hay explicaciones o aviso.

Me enoja el empleado que manifiestamente no sabe de lo que te habla: sea un suelo laminado, un electrodoméstico, un plato, una ropa…

Me produce mucho rechazo el “listo”. Te intenta cobrar más que nadie por una ración de jamón, o es demasiado escasa, o te intenta vender zapatos de piel que no lo son, o un seguro con mucho menos cobertura de lo que dice…

Rechazo la mala publicidad, la que no diferencia entre la realidad y la fantasía… Abarcar muchas expectativas que no se cumplen es contraproducente .

¡Envía las tuyas y te las publicamos!

Contacta por cualquiera de estos medios con nosotros. / CADENA SER

 
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