Las cloacas del Estado

Madrid

La grabación de una conversación entre el ministro del Interior, Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña hurgando en la gestión de políticos de ERC y de Convergència,y de sus entornos familiares, para convertirla en munición política es de una extrema gravedad. La grabación revelada por el diario Público es nítida y se identifican perfectamente las voces y el contenido: “Estamos investigando cosas de Esquerra pero es endeble, ministro, dice el director de la Oficina”.

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Es difícil sacar una conclusión contra Esquerra, dice en esa conversación que se produjo poco antes de la consulta del 9 de noviembre y en la que el ministro insiste en que se mire al hermano del Junqueras, a las cuñadas de Felip Puig o decisiones de Fransc Homs.

En la SER, el director de la Oficina Antifraude admite que el ministro le pregunta, que le hace “sugerencias”.

Nunca, jamás, las cloacas del Estado al servicio de un partido y contra sus adversarios políticos se han revelado públicamente con tanta crudeza. Todas los partidos menos Ciudadanos han pedido ya la dimisión del ministro.

Y él, el ministro, se limita a pedir una investigación sobre cómo y quién pudo grabar esa conversación a dos en su despacho del ministerio del Interior. Desde luego, es tremendo también el estado de conspiración y traiciones en el que tiene su departamento, y esa es también su responsabilidad.

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Pero aquí lo grave, gravísimo. Y ya está tardando Rajoy en tomar cartas en el asunto. El final de la campaña no le quita sino que le añade gravedad al asunto, porque es precisamente la limpieza de la contienda política, la guerra sucia contra su competidores, lo que hay que aclarar aquí.