El PP crece en cada cita electoral
Rajoy puede exhibir el resultado de Feijóo en Galicia. El éxito más rotundo que dejan las elecciones de ayer
La opinión de Pepa Bueno: 'El PP crece en cada cita electoral'
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Madrid
Los electores vascos y gallegos han votado continuidad. Es verdad que en las elecciones autonómicas se vota por muchas razones de proximidad ajenas al devenir nacional. Pero también es verdad que en un panorama de cambios continuos y con la evidencia de que la fragmentación en el Parlamento español no ha hecho posible ni cambiar la vida de los ciudadanos, ni cambiar al gobierno, ni siquiera hacer posible uno, un gobierno. En Galicia y Euskadi seguirán gobernando con comodidad quienes ya lo hacían. Y la primera consecuencia para el bloqueo español es que el resultado devuelve a la casilla de salida. El PNV no necesita al PP en Euskadi –luego se acaba la hipótesis de que pudieran apoyar a Rajoy a cambio-, ni el PP sale debilitado de la cita de ayer. Al contrario, el PP se fortalece elección tras elección.
Rajoy puede exhibir el resultado de Feijóo en Galicia. El éxito más rotundo que dejan las elecciones de ayer. Galicia será la única comunidad gobernada por mayoría absoluta y alimenta el argumento de que los electores les votan más que a los demás. Su irrelevante resultado en Euskadi, donde han perdido un diputado, los descontaban ya.
Pedro Sánchez sale sin embargo mucho más debilitado. El secretario general socialista acumula ya los cuatro peores resultados históricos de su partido. Y si en las generales esquivó el ‘sorpasso’, en las gallegas y vascas la nueva izquierda los ha superado en Galicia y les ha hecho perder la mitad de apoyo en Euskadi. Una doble derrota en el peor momento para Sánchez, que no ha conseguido respuesta ni de Ciudadanos ni de Podemos para que sostengan el pacto transversal o su gobierno alternativo con 85 diputados. Pero además la doble derrota le llega con casi todos los dirigentes de su partido con responsabilidad de gobierno enfrentados públicamente a su estrategia. Le lloverán las peticiones para que asuma responsabilidades por el declive continuo del partido, a unos días del trascendental comité federal de este sábado. Comienza otra semana de pasión socialista en la que todos los actores deberían hablar con claridad, asumir la enorme responsabilidad que tienen entre las manos y tratar como adultos a unos militantes y un electorado hartos de división, medias verdades y grandes palabras.
El resultado de En Marea y Elkarrekin Podemos demuestra que contra viento y marea representan hoy una opción política que se consolida y que bebe del descontento con la situación política en general y con el PSOE en particular. Como en cada cita electoral últimamente, la expectativa era más alta que el resultado -en Euskadi han sacado la mitad de votos que en las generales, por ejemplo-, pero es un éxito innegable haberse colocado en segunda posición en Galicia y terceros en unas autonómicas en Euskadi. Y sin embargo, para hacer honor a la historia de la izquierda en España, la consolidación, lejos de serenar su vida interna, la convulsiona.
El fracaso de Ciudadanos, que no consigue entrar en ninguno de los dos parlamentos autonómicos, da la medida de lo rocoso que es el voto de la derecha española y de la dificultad de crecer que tienen los de Albert Rivera. O ya no es verdad que las elecciones se ganan en el centro, o los electores no perciben a Ciudadanos como situado en esa posición.
Ya hemos cruzado otra meta volante. Las dificultades para formar gobierno en España siguen intactas. Y queda menos de un mes para investir a un presidente o convocar terceras elecciones en las que, al ritmo que vamos, veremos crecer aún más al PP.