Está pasando algo extraordinario

Madrid

Que un ex presidente de los Estados Unidos salga a la palestra para advertir del peligro que supone su sucesor para los valores democráticos es insólito. Y que lo haga a las dos semanas del inicio del nuevo mandato convierte lo insólito en inaudito. Que quién así se comporte sea Obama, que a lo largo de 8 años haacreditado una elegancia exquisita y un respeto institucional de la máxima categoría, demuestra lo grave que debe estar considerando el arranque de presidencia de Trump.

La opinión de Obama coincide con la de otros críticos muy calificados: el canadiense Trudeau -que abandera la contestación moral- o Angela Merkel y François Hollande -que telefonearon a Trump para recordarle que existe la Convención de Ginebra- o los demás líderes europeos o la Liga Árabe o las empresas de alta tecnología de Silicon Valley como Twitter como Google como Facebook que claman contra el veto migratorio.

España no. El mundo no es cosa nuestra. Ni nuestro presidente ni nuestro gobierno tienen nada que decir. Apenas una queja sutil, sutilísima, sutilerima sobre el muro de México. Una respuesta que produce bochorno. Del veto migratorio, nada. El llamado sentido común de Rajoy es pura y simple sumisión. Y su dignidad pesa mucho menos que su miedo.

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