'Verano 1993', Biznaga de Oro del Festival de Málaga

Málaga

Dos cosas han marcado esta edición número 20 del Festival de Cine de Málaga. La primera es la presencia de películas latinoamericanas en sección oficial, lo que amplía el certamen a nuevas historias y nuevos países dentro de lo que se ha denominado "cine en español". La segunda es la calidad de los nuevos directores que han debutado por primera vez en el largometraje en este festival. Ambas tendencias han quedado recogidas en el palmarés del jurado presidido por el director Emilio Martínez Lázaro. Como novedad, en esta edición aniversario se han entregado dos Biznaga de Oro, una para la mejor película española y otra para la mejor película latinoamericana.

'Verano 1993', la ópera prima de Carla Simón, que apunta a la muerte desde la mirada de una niña de seis años, ha conquistado la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga por su sutileza y su narración aparentemente sencilla, pero de una complejidad enorme. Basada en la vida de la directora, que perdió a sus padres con esa edad por culpa del SIDA, la cinta aborda el duelo de una niña situando la cámara a su altura, sin grandes dramas, ni subrayados, con la perplejidad y el descubrimiento, a veces tierno, a veces cruel. Bella y sincera, Verano 1993 ya ganó en Berlín el premio a la mejor ópera prima, y ahora inicia un viaje largo hasta las salas -se estrenará el 30 de junio- respaldada por la crítica. 

El otro gran premio, la Biznaga de Oro para la mejor película latinoamericana ha sido para la cinta cubana Últimos días en La Habana, un fresco del director veterano Fernando Pérez en el que aparece la miseria y la desespernada de la Cuba actual. Personajes sin rumbo y con claroscursos, deseosos de salir de la isla unos, sin ánimo para seguir adelante, otros. Una cinta política que muestra las consecuencias del bloqueo interior, pero también del bloqueo exterior y ya apunta a las consecuencias de la posible capitalización de la isla. El cine latinoamericano se lleva también el premio a mejor dirección que ha ido a parar a manos del colombiano Víctor Gaviria por su durísima La mujer del animal, una visión descarnada del maltrato, las violaciones y la violencia en la zona de Medellín.

Volviendo al cine español, otra mirada que traído este certamen, ya no una ópera prima, es la de Víctor García León a través de Selfie. Es una comedia en tono de falso documental que sigue, paso a paso, a un hijo de un político corrupto del PP. La de García León es una mirada socarrona a los jóvenes españoles, con los estereotipos de la izquierda y la derecha muy marcados. Aire fresco y humor para quitarle peso a todo el ciclo político que ha vivido este país en los últimos dos años. La cinta ha recibido el reconocimiento de la crítica. 

Significativo es también el Premio Especial del Jurado y el de Mejor guion a Lino Escalera y Pablo Remón por No sé decir adiós, una película que también trata el tema de la muerte y el duelo. Esta vez es la historia de dos hijas adultas que se enfrentan a la muerte del padre. Ambos proporcionan una visión seca y realista de la despedida, del enfrentamiento familiar, con personajes reales y con una puesta en escena austera que aleja de sentimentalismo a este drama bien contado y excepcionalmente interpretado por Lola Dueñas, Juan Diego y Natalie Poza. Esta última se ha llevado la merecida Biznaga de Plata a mejor actriz y Juan Diego, al de mejor actor de reparto. En la categoría de mejor actor ha ganado el argentino Leonardo Sbaraglia por el thriller rudo El otro hermano. Sbaraglia encarna el mal en un personaje odioso pero no exagerado. Se trata de un ex militar y torturador de la dictadura argentina que en democracia continúa con las torturas Y secuestros. 

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