Nadie se atreve con el aceite de palma
Casi un año después de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA, publicara el resultado de un estudio que demuestra el potencial cancerígeno de algunos contaminantes del aceite de palma, la Comisión Europea aún no ha tomado ninguna decisión al respecto
Madrid
Teresa Robledo, directora de la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria, ha comentado que la Comisión está trabajando sobre el tema pero se requiere, añadía, el consenso de todos los Estados miembros. El estudio que la EFSA dio a conocer en mayo del año pasado, basado en una investigación científica realizada con ratones, concluía que existían pruebas suficientes para indicar que el glycidol, uno de los contaminantes que contiene el aceite de palma, es genotóxico y cancerígeno. El proceso para eliminar el olor y el color de este aceite es el que genera estos contaminantes potencialmente cancerígenos al alcanzar temperaturas superiores a los 200 grados.
Las conclusiones son evidentes pero no ha habido ninguna prisa para tomar decisiones al respecto. Esta semana, Robledo, señalaba que parece indicar que la Comisión Europea decidirá reducir el índice de contaminantes potencialmente cancerígenos que contiene el aceite de palma. En ningún caso, señalaba, se baraja la posibilidad de una prohibición. La Directora de la Agencia española añadía que en estos momentos no hay motivos de salud pública que justifiquen la prohibición.
En Europa la polémica en torno al aceite de palma tiene ya unos cuantos años de recorrido. En Francia, al inicio de esta década, los médicos ya alertaban sobre su consumo por el alto contenido en grasas saturadas, el 50% de las grasas de este aceite lo son. En 2012 se llegó a plantear la posibilidad de aumentar los impuestos a la importación del aceite de palma un 300%. En 2016 el Congreso volvió a rechazar, por tercera vez, la propuesta que se conocía en ese país como “taxe Nutella”, en referencia a la crema de chocolate más consumida por los franceses y que contiene hasta un 20% de aceite de palma.
Bélgica es otro de los países donde más se ha batallado contra este aceite. Desde 2013 las autoridades sanitarias de ese país recomiendan no consumir alimentos que incorporen este producto. El nuevo reglamento de etiquetado aprobado en 2011 y en vigor en toda Europa desde diciembre de 2014 ha facilitado a los consumidores el poder comprobar si lo que están comprando contiene aceite de palma o similares. Antes, bajo el nombre aceite vegetal se camuflaba este ingrediente, hoy es obligatorio poner el apellido al aceite, de oliva, de girasol, de coco o de palma.
En toda Europa algunas cadenas de supermercados se han sumado al boicot que cada vez más consumidores hacen a este tipo de aceite. En España, una cadena pequeña, Super Sano, fueron los primeros en apuntarse, le siguió Alcampo con el compromiso de no utilizarlo en su marca blanca. La cadena francesa Casinos fue en ese país la pionera y en Italia la mayor cadena del país, Coop, también se ha apuntado. Algunas marcas de alimentación ya empiezan a poner etiquetas con el mensaje “no contiene aceite de palma”.