Los doce mandamientos de la ley del zumo (aunque sea casero) en niños
Madrid
Julio Basulto (@JulioBasulto_DN)
Si leen los 195 comentarios que aparecieron en mi texto “El zumo de fruta no es ‘fruta’, ni siquiera si es casero”, entenderán que para hablar de zumos de fruta hay que tener la autoestima bien alta. Es mi caso, así que vuelvo a la carga. Y lo hago porque el Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría acaba de publicar su documento “Fruit Juice in Infants, Children, and Adolescents: Current Recommendations” (Zumo de fruta en bebés, niños y adolescentes: recomendaciones actuales). En él aparecen doce consejos (de ahí el titular “12 mandamientos”), que paso a transcribir a continuación…añadiendo entre paréntesis [de este tipo] algunas anotaciones clarificadoras, redactadas por un servidor:
1. El zumo no debe introducirse en la dieta de los lactantes antes de los 12 meses de edad, a menos que esté justificado clínicamente [algo que debe decidir un profesional sanitario en toda regla]. La ingesta de zumo debe limitarse a, como máximo, 100 ml/día [es decir, como máximo medio vaso estándar al día] en niños de 1 a 3 años de edad, y de 100 a 200 ml/día [es decir, como máximo entre medio vaso y un vaso estándar al día] para niños de 4 a 6 años de edad. Para los niños de 7 a 18 años de edad, la ingesta de zumo debe limitarse a 240 ml al día [es decir, como máximo un vaso y cuarto estándar al día].
2. A los niños pequeños no se les debe dar zumo en botellas ni en tazas cubiertas fácilmente transportables que les permitan consumir zumo cómodamente durante el día [¿han visto alguna vez el típico sobre plastificado que contiene zumo, y que arriba tiene un tapón? No pueden imaginarse la manía que tenemos a dicho producto los nutricionistas, y no digamos los odontopediatras]. A los niños pequeños no se les debe dar zumos antes de acostarse.
3. Los niños deben ser animados a comer fruta entera para satisfacer su ingesta diaria recomendada de frutas [unas tres raciones al día, aunque siempre sin obligarles a comer] y deben ser educados con respecto al beneficio de la ingesta de fibra [al ingerirla junto a la fruta entera] y con respecto al tiempo más largo que requiere consumir las mismas kilocalorías cuando se consumen en forma de fruta entera en comparación a consumirlas en forma de zumo de fruta.
4. Se debe educar a las familias para que entiendan que los lactantes pueden satisfacer sus necesidades hídricas con leche materna o [en su defecto] fórmulas infantiles, y con agua o con leche desnatada o baja en grasa en el resto de niños [el tema de si la leche tiene o no que ser desnatada es controvertido, como expliqué en dos entrevistas, una en “Gente Sana” y otro en Televisión Española] .
5. El consumo de zumos no pasteurizado debe ser fuertemente desalentado en lactantes, niños y adolescentes [esta recomendación, basada en el riesgo de que existan patógenos como Escherichia coli, no se aplica al zumo recién exprimido en casa, sino a zumos comerciales no pasteurizados no recién exprimidos].
6. Debe evitarse el consumo de zumo de pomelo por parte de cualquier niño que tome medicamentos que sean metabolizados por CYP3A4 [ver explicación detallada en el documento de la AAP].
7. En la evaluación de los niños con malnutrición (sobrenutrición y desnutrición), la cantidad de zumo a consumir debe ser determinada por el pediatra [me permito añadir “junto al dietista-nutricionista” -ver libro “Las competencias profesionales en el ámbito sanitario: marco legal de la profesión de Dietista-Nutricionista”, del abogado Francisco José Ojuelos (@CriticaProcesal)-].
8. En la evaluación de niños con diarrea crónica, flatulencia excesiva, dolor abdominal e hinchazón, el pediatra [me permito añadir “junto al dietista-nutricionista” -ver punto anterior-] debe determinar la cantidad de zumo a consumir.
9. En la evaluación del riesgo de la caries dental, los pediatras [añadiría “y los odontopediatras”] deben discutir rutinariamente la relación entre el zumo de fruta y la caries dental y determinar la cantidad y la manera en que se consumen los zumos.
10. Los pediatras [añadiría “y cualquier otro profesional sanitario que visite niños”] deben discutir rutinariamente el uso del zumo de fruta y de las bebidas de fruta y deben educar a los niños más mayores, a adolescentes, así como a sus padres, sobre las diferencias existentes entre los dos.
11. Los pediatras [de nuevo añadiría la anotación del punto anterior] deben abogar por una reducción en la presencia de zumos de frutas en las dietas de los niños pequeños y por la eliminación del zumo de fruta en niños que presenten una ganancia de peso anormal (escasa o excesiva).
12. Los pediatras [también añadiría la anotación del punto anterior] deben apoyar las políticas que busquen reducir el consumo de zumo de frutas y promover el consumo de fruta entera por bebés y niños pequeños (por ejemplo, en guarderías o en centros preescolares) que ya están expuestos a zumos, incluyendo a través del Programa “Special Supplemental Nutrition Program for Women, Infants, and Children (WIC)” [es un programa de nutrición de Estados Unidos].
Fuente: Melvin B. Heyman, Steven A. Abrams, Section on Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition, Committee on Nutrition. Fruit Juice in Infants, Children, and Adolescents: Current Recommendations. Pediatrics May 2017, e20170967; DOI: 10.1542/peds.2017-0967. En línea: http://pediatrics.aappublications.org/content/early/2017/05/18/peds.2017-0967