Un discurso real de alto riesgo

Operación de alto riesgo la intervención de Felipe VI. No es sencillo interpretar si el texto de anoche, en línea absoluta con la política del PP de Mariano Rajoy, representaba con justeza el papel de árbitro y moderador que adjudica al Rey el artículo 56 de la Constitución. ¿Integraba o expulsaba? Más pareció, efecto sorprendente, un mensaje dirigido no a Cataluña, sino al resto de España. ¿Un chute patriótico para el nacionalismo españolista? Fue un discurso en el que este modestísimo Ojo encontró algunas carencias. Ni un argumento duro o cariñoso, dedicado a los catalanes que se quieren ir de España, que es donde está, como es obvio, la madre del cordero, que se podía haber aderezado, además, con algún párrafo en catalán. Y dos: ¿no tienen ninguna responsabilidad en todo este desastre los partidos de ámbito estatal, comenzando por el PP que es el que gobierna? Carencia buscada, también, de alguna alusión al diálogo, por lo que flotaba la sensación de que se estaba anunciando –por quien no tiene que hacerlo— la implantación del 155 sin una llamada al entendimiento. ¿Algún ciudadano partidario de proclamar la república habrá variado su posición? ¿Y si han crecido los partidarios de la República tras el discurso? En resumen: ¿qué habrán pensado de esa intervención de Felipe VI los cientos de miles de catalanes que ayer llenaban las calles de Cataluña?