Villa abre a España la puerta de las semifinales del Mundial

España ha hecho historia. Ya está en semifinales. Con esfuerzo, con tensión y después de sobrevivir a un partido loco por momentos, se impuso a Paraguay y ahora le toca medirse a Alemania en la semifinal que se disputará el miércoles.

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El equipo de Del Bosque pasó el rubicón de los cuartos a pesar de que su rival sabía cuál era el único método para ponerle en apuros. La fórmula consistía en la presión. Cortar la circulación en el centro del campo era la consigna y Paraguay lo consiguió en la mayor parte del partido. Lo mismo que Suiza. Pero esta vez reapareció Iniesta, y conectó con Cesc, y su tiro al palo lo recogió Villa para marcar el gol de España. El quinto de su cuenta en el Mundial (Escucha el gol de Villa).

La Selección apenas pudo crear ocasiones en todo el encuentro. No había huecos. Xavi e Iniesta no encontraban el lugar en el que inventar y Villa y Torres (éste antes de ser sustituido por Cesc) tenían que alejarse mucho de la portería para hacerse con el balón. Así, el partido se ceñía a un guión en el que España tocaba sin peligro y Paraguay no paraba de correr detrás de la pelota esperando el momento en el que lanzar una dentellada.

Tanto corría Paraguay que luchaba hasta por los balones retrasados por los jugadores españoles a su portero. En uno de ellos, Casillas tuvo tantos apuros para despejar que Del Bosque le ordenó iniciar las jugadas en largo. El pelotazo no iba a contribuir al espectáculo, pero sí a la tranquilidad de España en los minutos en los que más le estaba costando encontrarla. Y, al fin y al cabo, fue sólo un recurso temporal, ya que España no tardó en volver a cuidar el esférico.

Dos penaltis, dos paradas

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Con el toque de España y la presión de Paraguay continúo el partido hasta que llegaron los minutos más locos, cuando el encuentro alcanzaba el minuto 12 de la segunda mitad. Agarrón de Piqué a Cardozo en el área de España. Penalti a favor de Paraguay. Los fantasmas de los cuartos de final se aparecían en la cabeza de los aficionados. Sin embargo, era el momento de Iker Casillas, que volvió a cumplir al atajar el tiro centrado del delantero paraguayo.

Pero la historia no se acababa ahí. Cuando Cardozo todavía se estaba preguntando cómo había tirado el penalti, el colegiado pitó otro. Pero en el área contraria. Xabi Alonso era el encargado de tirarlo. Y lo metió. El árbitro mandó repetirlo, pero Justo Villar le acertó la intención. No podía ser menos que Casillas (Así te contamos los minutos más locos del partido en Carrusel).

Los revulsivos fueron otros

Una y otra vez, el equipo de Del Bosque buscaba el mismo camino, y una y otra Paraguay levantaba una barrera que consistía en apretar a los centrocampistas españoles y correr detrás de cada pelota. Llegaba la hora de intentar algo distinto. Pero si en otros partidos Del Bosque había confiado el primer cambio a Navas o a Fernando Llorente, en esta ocasión comprometió a Cesc Fábregas y Pedro.

E Iniesta lo encontró. Y conectó con él en su mejor jugada del partido. Esas que le convierten en imprevisible en la frontal del área. Ahí conectó con Cesc, cuyo derechazo se fue, como no podía ser de otra forma en este partido loco, al palo. Lo bueno es que acabó en los pies del mejor jugador de España en el Mundial, que acabó marcando su quinto gol. La pelota, por cierto, tocó otra vez en el palo antes de anotar el octavo tanto en el currículo mundialista de David Villa.

El gol y el cansancio fulminaron a Paraguay. Las dos cosas por igual. Porque Del Bosque ordenó a los suyos dar un paso adelante sabedor de que su rival se estaba resintiendo después de haberle dado la vuelta al cuentaquilómetros. Por eso 'La Roja' nunca perdió la paciencia. Pero el gol ayudó e hizo que el partido se abriera todavía más y que Casillas todavía tuviera tiempo para hacer un paradón a la última intentona de Paraguay (Escucha los minutos finales del partido).

La Selección española sigue su camino en Sudáfrica y ahora tendrá que medirse el miércoles en semifinales a Alemania, que se clasificó después de humillar a Argentina. Será la primera vez que llegue a la antesala de la final. Y se enfrentará al equipo al que venció para convertirse en campeona de Europa.