Sabor andaluz en el Congreso del PP en Sevilla

Una impecable moqueta azul celeste sembrada de sillas blancas espera a los más de 3.000 compromisarios llamados a reelegir a Rajoy en el XVII Congreso del PP.

En un primer paseo se observa mucho más despliegue que en el cónclave que celebró el PSOE también aquí en Sevilla hace dos semanas. La comparación entre las dos reuniones es inevitable y sirve también de argumento para los líderes del PP. "Este congreso no se va a parecer al otro. No es de nombres y apellidos ni de problemas del partido", señalaba Javier Arenas, nada más llegar.

Cospedal, en la misma línea, lanzaba dardos al PSOE: "Nosotros no tenemos que simular ni disimular, ni que aparentar unidad. Este es un partido unido y fuerte".

A los populares se les nota contentos, aunque tratan de disimular su entusiasmo para no pasarse de frenada. Arenas pide "humildad" a los suyos para que no den por ganadas las elecciones del 25 en público. En privado, ningún dirigente popular manifiesta dudas.

Igual que el congreso del PSOE, este se auto presenta como un encuentro muy austero donde se emplean muchos materiales reciclados. Aunque lo cierto es que se notaba más la falta de liquidez en el de los socialistas. Aquí hemos visto hasta algún (pequeño) souvenir, unas mini botellas de aceite con su propio reclamo electoral en la etiqueta: "el cambio andaluz". Los partidos, ya se sabe, no dejan pasar ni una oportunidad para vender su producto.