Agentes de policía de Leganés y Fuenlabrada colaboraban con los cabecillas de la operación

La mafia china desarticulada por la Audiencia Nacional contaba con la imprescindible colaboración de agentes de policía de los municipios madrileños de Leganés y Fuenlabrada donde los cabecillas contaban con importantes intereses comerciales. Esta red también había llegado a la brigada de extranjería de la policía nacional. Uno de los agentes que prestaba allí servicio fue detenido en el marco de esta operación y está imputado en la causa.

La investigación del juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, y de la Fiscalía Anticorrupción sobre la 'Operación Emperador' revela que contaban con una infraestructura sólida dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los establecimientos comerciales de esta red criminal en los municipios madrileños de Leganés y Fuenlabrada contaban con "trato de privilegio" por parte de miembros de las policías locales de ambos municipios. En Leganés la base de operaciones de la red se repartía entre el restaurante Karaoke Shangrilá y el Huam Ma, donde según las pesquisas se ejercía la prostitución.

Los tentáculos de la red llegaban también a la brigada de extranjería de la policía nacional, cuyo máximo responsable fue detenido y está imputado en esta causa. Junto a él también está imputado un sargento de la Guardia Civil.

Según la investigación realizada hasta el momento, esta organización escondía a través de actividades "supuestamente comerciales" que se desarrollaban en el polígono de Cobo Calleja, unas ganancias que invertían en negocios y nuevas empresas para continuar con su actividad delictiva.

Se investigan los delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, falsedad, amenazas, coacciones, extorsión, contrabando, cohecho, prostitución, tráfico de drogas y delitos contra los trabajadores, la Hacienda Pública y contra la propiedad industrial e intelectual.