Huidobro y la Academia irreverente

Jaén

¿Puede el presidente de una academia prescindir del protocolo? Es decir, ¿puede entregar premios sin corbata u organizar una barbacoa en el patio de un centro cultural? “La gastronomía, sin disfrute, no existe”, asevera Fernando Huidobro. “No le pongamos corsés por todos sitios”.

Al presidente de la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo le interesan más las morcillas que los códigos de vestimenta. Lo ha demostrado antes, durante y después la entrega de los Premios Andalucía de Gastronomía, celebrada en el Castillo de Canena (Jaén), para luego confirmarlo ante un micrófono.

“Punki, friki, irreverente… Todo eso me atrae. Es mi personalidad. Hay que enfrentarse a lo que no funciona”, señala el abogado malagueño. “¿Por qué hay que seguir haciendo las cosas como siempre? ¡La gente es muy cobarde! ¡Toma otro camino, cojones!”.

Huidobro explica que la institución que preside fue creada, “con todo su peso histórico”, por la Real Academia de Gastronomía. “Inicialmente tuvo poco recorrido, porque se fundó para poder montar la Iberoamericana”, detalla. “Pero se refundó hace algo más de dos años y salieron algunos de los que habían entrado sin ningún tipo de vocación gastronómica”.

¿Sirve una refundación para acabar con la caspa? “Ayuda… Pero no la quita del todo porque el peso de la mitra es consistente”, concede Huidobro entre risas. “De todas maneras”, dice, “aunque me encanta que la Academia dé caña y se ponga al día, eso no significa ruptura absoluta. Hay que dejar atrás la burocracia y el protocolo para quedarse con lo bueno”.

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El presidente de la Academia Andaluza quiere integrar a los cocineros en la organización y también que el sector hostelero les vea como algo útil. “Vivimos de nuestra cuota anual de 300 euros y no recibimos subvenciones”, aclara. “Como el presupuesto no da para mucho, cada acción tiene que apoyarse en algún benefactor: una empresa, una institución pública”…

Los Premios Andalucía de Gastronomía 2015 se antojan una absoluta declaración de intenciones: dos chefs que suman cuatro estrellas Michelin (Dani García y Ángel León), dos escuelas de hostelería (La Cónsula y La Taberna Del Alabardero) y un restaurante histórico: el baezano Casa Juanito.

“Usaba el aceite de oliva porque lo tenía al lado de casa, porque lo había mamado y porque lo conocía. No creo que Juanito quisiera reivindicar nada”, señala Huidobro. “A lo que hoy llamamos Kilómetro 0, antes se le llamaba ser coherente con tu tierra. Pero en cualquier caso fue punta de lanza y eso hay que agradecérselo. No somos unos modernitos que se olvidan de lo que hay detrás”.

Durante la ceremonia de entrega de los Premios, a la que la Cadena SER acudió invitada por la organización, el presidente de la Academia también reclamó más unidad. “Los cocineros catalanes luchan juntos por una causa común”, señala. "Si no logramos eso mismo, perderemos el compás y nos pisaremos los pies unos a otros”.

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