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Rajoy se aferra a la victoria en votos mientras cunde el pánico en el PP

Rajoy resiste con el mensaje de que el PP es la fuerza más votada. En la dirección nacional hacen como si no pasara nada, mientras en sus filas contemplan la debacle con gran preocupación y hablan de desastre

Mariano Rajoy, en el cierre de la campaña electoral. / JUAN MEDINA (Reuters)

Mariano Rajoy, en el cierre de la campaña electoral.

Madrid

Los conservadores llevan escrito su guion desde hace tiempo. Lo único que pueden vender es que el Partido Popular sigue siendo primera fuerza política y dicen que el batacazo habría sido perder el podio. “En circunstancias muy complicadas, hemos aguantado”, señaló anoche un cargo de la cúpula. Ese era su consuelo. A lo que todos se aferraban en la dirección nacional. El mismo mensaje que emplearon en las elecciones europeas.

A pesar de la debacle, en Génova se intentó aparentar normalidad. Hacían como si no pasara nada. Pero que Rajoy estuviera en su despacho, de la séptima planta, hasta pasadas las dos de la madrugada, es todo un síntoma de su preocupación.

Carlos Floriano, director de la campaña, compareció para señalar el camino: hay que llegar a pactos. “Nuestra mayoría la vamos a ejercer desde la humildad. Siendo muy conscientes de que la próxima legislatura municipal y autonómica será la del diálogo y la de los acuerdos. Y el PP tiene acreditada, en su historia, la capacidad para ambas cosas”, comentó desde la sala de prensa.

Esta tarde Mariano Rajoy preside el Comité Ejecutivo Nacional de su formación y habrá que ver si hace autocrítica. Los suyos comentan que está “en plena forma”. Pero vistos los resultados, parece más bien un mensaje destinado a afrontar la fuerte borrasca interna que se avecina en el PP.

Un recado para los que ahora se apresuren a pedir cambios y los que quieran moverle la silla. Los suyos defienden que será el candidato de las generales pero ya hay quien piensa que debería producirse una revolución tanto dentro del partido como en el Gobierno. Lo vienen reclamando desde las andaluzas y, para algunos, ya es demasiado tarde.

Reacción automática, al menos, no va a haber. Cuando se pregunta si se deben asumir responsabilidades, el núcleo duro del PP mira para otro lado. Dicen que ha llegado la hora “de hacer política” y piden un tiempo, para cerrar acuerdos con Ciudadanos, sus únicos socios posibles, y presentar un mapa que siga siendo azul y les sirva para encarar la convocatoria electoral a nivel nacional.

En el PP han llegado a tres conclusiones. Primero, el voto de castigo que se esperaban ha sido brutal. En campaña todavía confiaban en superar las encuestas y no ha sido así. Segundo, que el discurso económico no cala por mucho que se empeñe su jefe de filas. Piensan que no ha servido de nada hacer una campaña tan plana. Y, tercero, opinan que fue un erro no hablar de corrupción, como si el PP tuviera miedo o se escondiera ante los ciudadanos. Consideran que la suma de todo, más la necesidad de cambio, y no el que proponía Rajoy, han sido decisivos para que la balanza se incline hacia la izquierda.

Los populares reconocen que ha sido un desastre. Dos millones y medio menos de votos. Les duele mucho la pérdida de poder territorial en algunos feudos y reconocen que nunca se habrían imaginado sin mayoría absoluta en Castilla y León o La Rioja. Además, están impactados por cómo las urnas han pasado factura a algunos de sus referentes, como Rita Barberá o Esperanza Aguirre. En la capital, algunos dirigentes señalan ahora que Rajoy se equivocó en su elección para el Ayuntamiento y creen que a partir de este momento se abre la batalla por la presidencia del PP de Madrid.

También se habla de María Dolores de Cospedal. Si lograba revalidar su triunfo de 2011 podía ser la baronesa incontestable, la mejor situada en la carrera por la sucesión. Pero se le ha dado la vuelta a la situación y hay quien piensa que, en breve, se volverá a abrir el debate sobre si debe continuar al frente de la secretaria general.

En Andalucía, también se presenta un escenario complicado. El Partido Popular ha perdido su poder absoluto municipal y ahora se podría replantear su estrategia con Susana Díaz y mostrarle su apoyo a cambio de que esta haga lo propio y les permita a ellos formar gobiernos.

 
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