Cinco ingredientes que valen un Premio Nacional de Gastronomía
Jordi Cruz comenta algunos de los momentos más destacados del concurso de TVE, al que la Real Academia de Gastronomía acaba de conceder el Premio Nacional de Gastronomía 2014
Madrid
La Real Academia Española de la Gastronomía acaba de concederle el Premio Nacional de Gastronomía al programa MasterChef Junior. ¿Por qué? "¡Nada mejor que promocionar la buena alimentación entre los niños!", responde Jordi Cruz.
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El cocinero catalán, que lleva dos años compatibilizando su trabajo en ABaC (dos estrellas Michelin) con el de jurado en MasterChef, asegura que la versión Junior del concurso de TVE ha hecho mucho por que "toda una generación de peques" se aficione a ir al mercado, cocinar y comer de forma saludable. "No sé si eso se merece un Premio Nacional o un Oscar de la Academia, pero nosotros nos sentimos muy orgullosos", añade por teléfono.
Estos son algunos de los ingredientes con los que, según Jordi Cruz, se ha cocinado el éxito de MasterChef Junior:
El primer recuerdo que se le viene a la mente es Eurodisney. "Porque hemos ido dos veces y porque se lo han pasado pipa", detalla el chef. "¡Y en la Tomatina no nos pudimos reir más!".
El más joven del jurado dice que con "los mayores" procuran mantener cierta distancia para no dejarse llevar por las afinidades, pero reconoce que "con los chavales es más como un juego" y que, a la mínima, se ponen a hacer "el gamberro" o a tirarse tomates a la cabeza.
Otro de los momentos inolvidables del programa fue el oso punki que preparó Aimar. "¡Fue muy grande!", recuerda el chef. "Y es normal que genios como Ferran Adrià o Christian Escribà empaticen mucho con los niños y se queden alucinados. Los grandes creativos nunca pierden esa magia de sorprenderte, imaginar y pasarlo bien".
"Nunca sé qué piensa, pero la ternura de Lucía me dejó fascinado. El otro día vino a mi casa [el ABaC], entró a la cocina, me agarró la pata y se me quedo mirando con una cara... ¡Es un cielo!", comenta el chef. "De mayor será muy interesante mantener una charla con ella. Es muy sesuda".
Al cocinero catalán le sorprende la capacidad que tienen los niños para, "a los cinco minutos", olvidarse de las cámaras. "Y cuando lloran no es por la expulsión en sí, sino porque han formado un grupo y les sabe mal despedirse", añade. "Intentamos que no sufran y no lo vean como una expulsión, pero lo que no se puede controlar es el dolor de la amistad".
Más allá de su función lúdica y educativa, en MasterChef Junior se cocina, claro, y Jordi Cruz recuerda algunos platos realmente memorables: "La tarta de tres chocolates, la sopa de ajo de Ana Luna, la sopa de marisco de María... ¡Hay platos que no sé cómo explicarte lo rico que están! ¡Qué discurso tienen esos mocosetes!".
Otro plato difícil de olvidar es el suquet de peix que preparó Pau: "Tú puedes hacer un plato de tu abuela, ¡pero que tenga ese sabor! Ese punto de rusticidad, ese ponerle un pan majado, una picada... Esas manías de abuela que quizá no sean muy ortodoxas, pero que consiguen un resultado increíble. ¡Se nos quedó una cara de tontos!".
Aún hay MasterChef Junior para rato, además. La productora Shine Iberia acaba de abrir el plazo de inscripción para que todos los niños interesados se apunten, con la autorización de sus padres, al cásting de la tercera edición del programa.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...